La Obesion del ceo por Maricel98
Capítulo 49

Ayude a Aarón con su tarea y luego me dediqué a bañarlo mientras mi amiga prepara la cena.

Debo reconocer que está mujer guisa delicioso, heredo ese talento de su madre.

Luego de cenar él se dedicó a mirar dibujitos en mi habitación.Mientras Wendy me ayuda a arreglarme el cabello y me maquilla.

—Muchas gracias por posponer tu noche por mí

—Es lo menos que puedo hacer por la cumpleañera, solo faltan cuatro horas.

—Si un año más vieja

—No seas dramática, Belly. Cumples veinticinco años.

—Lo sé, no planeo regresar muy tarde.Hago acto de presencia con el señor Vladímir y vuelvo enseguida.

—¡Por amor de Dios diviértete, mujer! Yo veo películas con Aarón y duermo con él.

—Muchas gracias, amiga.

Esta vez decidí no alisar mi cabello, lo dejé ondulado, pero Wendy me hizo un peinado alto.

También me maquillo con un labial, tonos pasteles. Su respectivo rímel, rubor y delineado color negro.

En cuanto a mi vestido escogí uno sencillo en tono rojo y con decoraciones en dorado, su largo me cubre hasta las rodillas y tiene tiras que cubren mis hombros.

Está vez me iré sola a la fiesta porque Fernando no vendrá a buscarme. Se esparce el rumor en la oficina de que irá con Tamara.

El taxi llegó al horario acordado, me despedí de Wendy, tome mi bolso y salí de la casa para abordar el vehículo.

Durante el camino me cuestione si estoy haciendo lo correcto al asistir porque no me siento cómoda en este tipo de reuniones.

Hace menos de un mes murió quien ante la sociedad era mi padre y supuestamente debería estar de luto, pero ese no es el motivo para no desear asistir a una fiesta de Gala. El motivo es que en esa fiesta nadie me quiere y mucho menos le agradó, será incómodo para todos.

Al ingresar al evento debí decirle mi nombre al hombre de seguridad para que me permita el acceso, acto seguido debí adentrarme en la propiedad la cual se ubica en uno de los hoteles más prestigiosos de la ciudad.

Es muy difícil reservarlo por una noche por lo cual supongo que el señor Vladímir lo reservo con anterioridad y posee influencias importantes.

Debo reconocer que Tamara realizó un excelente trabajo con la decoración. El lugar tiene un toque de lujoso sin llegar a parecer ostentoso.

Caminé entre los invitados los cuales no son desconocidos para mí porqué pertenecen al mundo empresarial de mis jefes.

Empresarios y sus familias, altos ejecutivos u inversionistas. También algunos políticos y personalidades referentes al mundo de la moda como modelos, conductores y periodistas.

Debido a que para ellos soy una completa desconocida y no suelo ser muy sociable no me atreví a saludar a nadie.

—Belinda —Escuché una voz entre la multitud perteneciente a Don Edward.

Me acerqué a él y me percaté de que lo acompaña su madre quién me regala una sonrisa lo cual agradezco porque apacigua mi nerviosismo.

—¡Buenas noches! —Lo saludo con la mano a él y a su señora madre

—Estás muy bella

—Gracias, señora.

—Viniste sola

—Si no planeo quedarme demasiado tiempo.

—Sé perfectamente el día que es mañana y quiero invitarte a cenar.

—No es necesario, los cumpleaños no tienen importancia.

—Claro que sí, entiendo que estés sensible por el asunto de tu padre, pero debes intentar seguir adelante.

—Iván, ni mi progenitor nunca han sido mis padres quien tiene ese título es mi tío José Luis.

—Por supuesto.

Durante los siguientes minutos me dediqué a charlar con la señora mientras Don Edward saluda a unos invitados. La señora Olga y Mariana simplemente me miran de mala manera mientras se dedican a charlar con otras mujeres de Diego, Fernando y la pareja de este no he tenido noticias.

—¿Cómo se encuentra el niño?

—Muy bien por suerte solamente fue el susto y ya no lo menciona.

—Eso es lo bueno de los niños olvidan rápidamente. Me alegro mucho que se encuentre bien y me encantaría visitarte más a menudo si no te importa.

—Claro puede venir a mi casa cuando lo desee. Usted siempre ha sido muy amable conmigo.

—Como no serlo con una muchacha tan bonita y tierna.

—¿Cómo está la mujer más bella de la fiesta? —Escucho su voz detrás de mí

—Siempre tan galante, Fernando. —Su abuela le devuelve la sonrisa y lo saluda con un beso en la mejilla.

—¿Cómo está, señora? ¿Belinda?

—Bien —Respondimos al mismo tiempo

—Feliz casi cumpleaños —Él deja un beso en mi mejilla

—Gracias

Me alejé de ellos con la escusa de saludar a Ariel y Diego quienes están llegando acompañados de Cielo. Agradecí al cielo que mi amiga se encontrará en este lugar.

—Buenas noches.

—Buenas noches, Belinda, Felicidades. —Diego me saluda con la mano antes de alejarse

—Igualmente, Bell. No he olvidado que te prometí celebrar está noche.

—Claro, amiga. ¿Cómo se encuentra licenciado?

—Soy Ariel por milésima vez y me encuentro en excelente compañía de dos bellas damas. Si me permiten iré a saludar.

—Gracias por el aventón—Esté le devuelve la sonrisa y se aleja rumbo hacía los Valencia

Rodee los ojos —Te derrites por él

—Últimamente, ha estado más amable que nunca. Es una pena que solamente soy su tapadera.

—¿Acaso es gay?

Ella ríe —Sería un desperdicio con semejante bombón, tú sabes de lo que hablo. A mi bombón le gustan las niñas frívolas y clasistas sin mencionar gritonas.

—Lamentablemente en los sentimientos no se puede mandar

Durante la siguiente hora me dediqué a beber vino junto con Cielo. Ya que somos las únicas de clase inferior no nos incluyen en sus temas de conversaciones.

Don Edward me ofreció acompañarlo en su mesa, pero obviamente me negué porque no deseo pasar un mal momento.

—Ni la corbata de Fernando está tan pegada como la señorita Tamara.

—Si a él no le molesta. Ya quisiera irme muy lejos.

—Faltan dos horas para su cumpleaños señorita.

Nos alejamos de la mesa junto con los otros invitados cuando el señor Vladímir realizó su entrada. Él nos agradeció nuestra presencia y nos dio la bienvenida reiterando que podemos consumir lo que deseemos porque él invita.

Él explico que se siente muy agradecido con nuestro país por haberle dado una cálida bienvenida y que desea hacer negocios prósperos con nosotros.

Primeramente, se acercó a la familia Valencia/ Galván y saludo a Don Edward y Don Aníbal con la mano seguido a sus esposas y sus hijos. También conversó durante unos segundos con ellos y su mano derecha, Tamara.

Luego prosiguió a saludar a los demás invitados, yo simplemente me aleje a la barra junto con Cielo. Ella desea aprovechar que la barra es libre debido a que nunca había probado bebidas exóticas.

—¿Qué hora es?

—Quince minutos para media noche

—Ya me tengo que ir

—Belly eres la cumpleañera más aburrida del universo

—Tanto le aburre mi fiesta, señorita Uriarte.—Escucho su voz detrás de mí y posteriormente me giro.

—No es eso, Señor. Lo que ocurre es que mañana es mi cumpleaños y…

—Con Mayor razón debe quedarse a festejar o tanto le desagrada mi compañía.

Negué con la cabeza —Claro que no, usted es muy amable y el lugar es precioso.

—No estaba seguro de reservar el hotel cuando me lo sugirió Tamara, pero debo reconocer que la vista es preciosa. —Al formular esas palabras no deja de mirarme a los ojos lo cual me pone muy nerviosa—Quédese y me aseguraré que sea el mejor de los cumpleaños —Es todo lo que dice antes de irse

—No seas aburrida, Belly.

—Inicie el baile conmigo.

Lo dude durante un minuto para al observar la mirada de Fernando me incentive a aceptar bailar con Vladímir.

—Sería muy grosera al rechazar una invitación del Anfitrión —Le digo en cuanto aceptó su mano

Él me guio hacia la pista y se pegó a mi cuerpo rodeando mi cintura con una mano y con la otra tomando mi mano para comenzar a bailar.

No soy una experta, pero logré seguirle el ritmo a la perfección. Me sentí muy incómoda al ser el centro de las miradas, sin embargo, al transcurrir unos minutos otras parejas se unieron al baile por lo cual pasamos desapercibidos.

—Esperaba ansioso está noche —Me confiesa

Puedo escucharlo a pesar de la ruidosa música debido a que él susurra en mi oído.

—Imagino que anhelaba está hermosa fiesta y la presencia de sus invitados.

—La única presencia que anhelaba es la suya. Me cautivo desde la primera vez que la vi, señorita Uriarte.

Sinceramente, no esperaba tal confesión y no desconozco como responder porque si soy grosera podría arruinar los negocios de él con la empresa, pero tampoco puedo darle falsas esperanzas.

—No pretendo incomodarla simplemente me gusta ser un hombre directo.

—Yo soy igual

—Me fascina su perfume

—¿Es embriagador, verdad? —Sentí unas manos en mi cintura las cuales me alejan abruptamente de Vladímir.

—¿Ocurre algo, Fernando?

—Ocurre que está mujer es mía y si quiere seguir haciendo negocios con nosotros más vale que lo entienda. —Desde acá puedo inhalar su aroma alcohólico

Nos alejamos rumbo hacia el jardín para lograr charlar lejos de la música. Solamente veo fuego en la mirada de Fernando.

—¡Qué mierda te pasa!

—¡A ti que mierda te pasa! ¡Tenía razón Mariana solamente coqueteas con el Ruso!

Rodee los ojos —Tú hablando de coquetear cuando te la pasas pegado a Tamara

—Con Tamara no hay nada

—¡No soy estúpida, Fernando! ¡Ya me engañaste con esa una vez!

—¡Supera de una vez esa puta apuesta! ¡Sí te cogí por una apuesta ¿y cuál es el maldito problema, dramática?!

—¡No me hables así!

He visto a Fernando ebrio y ni siquiera en ese estado es tan grosero conmigo. No comprendo que le ocurre.

Él ejerce fuerza en mi cintura —¡Yo te hablo como quiero! ¡Ya me hartaste haciéndote del rogar! ¡Claro yo soy tu estúpido mientras coqueteas con El Ruso, Diego y el que se te ponga en frente como una zorra! ¡Dime con ellos también te acostaste!.

No me controle y estreche mi puño en su mejilla, no logró controlar mis lágrimas porque no puedo creer que me esté ofendiendo de esta forma.

—¡Retira tus palabras!

—Mi madre y mi hermana tienen razón no tengo por qué rogarle a una zorra. — Sentencia antes de alejarse.

Simplemente me senté en un banco y me permití soltar todas mis lágrimas.

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