Capítulo 2301 

Apenas llegó a casa, la abuela habia preparado unas delicias que la hicieron muy feliz. 

Leonardo se sentó junto a Maira, el abuelo y la abuela ocuparon los principales asientos, mientras que Rita, por alguna razón que solo ella sabía, se sentó al lado de Leonardo con un poco de descaro. 

Aparte de Leonardo, que encontró la situación un poco extraña, todos los demás hicieron como si no vieran nada. 

Las intenciones de Rita eran claras para todos, excepto el mismo Leonardo, no se daba cuenta. 

La cena le sentó de maravilla a Maira, a excepción de Rita que casi no comió, todos los demás estaban 

contentos. 

Después de la cena, Leonardo subió al segundo piso con Maira, mientras que Rita solo pudo mirarlos con rabia, sin darse cuenta de que Brenda ya estaba de pie a su lado. 

“¿Srta. Rita, tiene usted algún compromiso ahora?” 

Rita volvió en sí al instante, ocultando su expresión maligna por una más inocente. 

“Abuela Ibarra, ¿necesita algo? ¿No va a descansar? Yo no tengo ningún plan.” 

La matriarca no tenía ganas de seguir con falsas cortesías. “Si no tiene nada pendiente, acompáñeme un momento, hay algo de lo que necesito hablar con usted.” 

Brenda la llevó al invernadero de cristal, que estaba siempre cálido y florecido, donde florecían brillantes flores durante todo el año. 

Rita sabía que nada bueno vendría de una conversación a solas con esta anciana, y ni siquiera el hermoso paisaje podía distraerla. 

“Abuela, ¿para qué quería verme? Si no es nada importante, tengo que volver a practicar unas partituras.” 

Intentó aparentar estar muy ocupada, con la esperanza de que la anciana fuera directa y breve o, mejor aún, que no le dijera nada. 

“Srta. Rita, si está tan ocupada con sus estudios, ¿por qué no vuela de regreso a su país? Me parece que no es conveniente que se quede aquí por mucho tiempo.” 

Brenda fue directa, dispuesta a ser la villana y sacar a Rita de su casa. 

Por más comprensiva que fuera Maira, no querría ver a su esposo cerca de otra mujer. 

Rita, sin embargo, actuaba como si no entendiera. “¿Qué está diciendo, señora? Vine precisamente para buscar una pasantia con una orquesta local. Ya me he tomado un descanso de mis estudios en el extranjero. ¿Acaso no quiere que me quede aquí? Si le molesta, ¡puedo mudarme enseguida!” 

Sus ojos se llenaron de lágrimas y se veía genuinamente afligida, pero la matriarca no se dejó 

conmover. 

“Leo no está aquí en este momento, no necesitas actuar de manera lastimera frente a mi. Ambas sabemos por qué te estoy pidiendo que regreses a tu pais. También deberías saber que será beneficioso para todos si te vas. ¿No te sientes un poco fuera de lugar quedándote aquí? Ya has visto cómo son las cosas entre Leo y Mairita; no es algo en lo que puedas intervenir. 

Srta. Rita, siendo sincera, si yo fuera tú, escogería irme ahora y dejar una buena impresión. ¿Realmente 

12:49 

crees que algo bueno saldrá de seguir rondando a Leonardo? Al menos aquí, con su abuelo y conmigo, estoy segura de que no pasarás esta prueba.” 

Brenda puso las cartas sobre la mesa, ahora solo faltaba que Rita usara su ingenio y tomara una decisión inteligente. 

Pero Rita continuaba haciéndose la desentendida. 

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