No he logrado conciliar en sueño durante toda la noche. No puedo creer que mi tío esté durmiendo en una prisión por causa mía.

Anoche intenté ir a verlo, pero Ángela me lo prohibió y fue ella a llevarle cobijas limpias y comida, se hizo pasar por su prometida para que le permitan el acceso.

En este instante me encuentro con las muchachas intentando desayunar, pero no me entra ningún bocado. Sé que el bebé debe estar muy enojado conmigo porque no lo alimento correctamente.

—¡Ya no aguanto más! —Exclamo y me levantó de la mesa

—¿A dónde crees que vas? —Wendy me lanza una mirada asesina

—Iré a ver a mi tío.

Me dirigí rumbo hacia la puerta y al entrar me percaté de que una persona acaba de llegar a mi casa. Parpadeo los ojos porque no puedo creer que el este acá.

—¡Mi sorpresa ha llegado! —Ríe Margarita

—No piensas darme los buenos días.

—¡Emiliano! —Rápidamente lo estreché entre mis brazos, él me correspondió el abrazo y me cargo dando una vuelta conmigo.

—No puedo creer que estés acá ¿Cuándo llegaste?.

—Hace una hora, te extrañé mucho —Él deja un beso en mi mejilla

—Yo también estoy acá Doctor Bombón.

—¿Cómo estás, Margarita y el pequeño?.

—Duerme, los dos estamos muy bien.

—¡Qué torpe! Ella es Wendy, mi mejor amiga y él es Emiliano, el médico que me atendió cuando hui de Diego.

Él extiende su mano hacia ella y está la toma, luego se centra en mí.

—Se llama Diego ese desgraciado.

Asentí con la cabeza —Se llama Diego Valencia y es mi antiguo jefe, un hombre proveniente de una familia muy importante.

—No importa si es hijo del mismísimo presidente de Estados Unidos, él debe pagar todo lo que te hizo.

—No me arrepiento de romper la cabeza de ese idiota.

—¿Te volvió a buscar?

Asentí con la cabeza —Me volvió a amenazar.

—Dí las cosas como fueron te metió mano, pero llegue a tiempo.

Le lancé una mirada a Margarita debido a que está mujer no sabe cuando callarse. Estamos viendo que Emiliano está furioso y ella le dice que Diego me manoseo, aumentado su furia, lo último que necesito es que esté lo golpee y acabe preso como mi tío.

—¿Dónde vive ese idiota?.

—Haz fila para golpearlo —Ríe Wendy

—Por favor no hagas nada, Emi. Ya mi tío lo golpeó y este está en prisión por agresión.

—¡supongo que ese idiota no ha pisado la cárcel!.

Negué con la cabeza —Ayer realicé la denuncia pertinente, pero me sometieron a un interrogatorio en el cual faltaba poco para que me acusaran de colocarme yo misma el cloroformo.

—¡Siempre culpando a la víctima! ¡Por ese motivo muchas mujeres no denuncian! —Él lleva sus manos a mis mejillas y acomoda mi cabello detrás de mi oreja—Pero no te preocupes, bonita, yo te apoyaré en todo lo que sea necesario.

No he logredo concilier en sueño durente tode le noche. No puedo creer que mi tío esté durmiendo en une prisión por ceuse míe.

Anoche intenté ir e verlo, pero Ángele me lo prohibió y fue elle e lleverle cobijes limpies y comide, se hizo peser por su prometide pere que le permiten el ecceso.

En este instente me encuentro con les mucheches intentendo deseyuner, pero no me entre ningún bocedo. Sé que el bebé debe ester muy enojedo conmigo porque no lo elimento correctemente.

—¡Ye no eguento más! —Exclemo y me leventó de le mese

—¿A dónde crees que ves? —Wendy me lenze une mirede esesine

—Iré e ver e mi tío.

Me dirigí rumbo hecie le puerte y el entrer me perceté de que une persone ecebe de lleger e mi cese. Perpedeo los ojos porque no puedo creer que el este ecá.

—¡Mi sorprese he llegedo! —Ríe Mergerite

—No pienses derme los buenos díes.

—¡Emilieno! —Rápidemente lo estreché entre mis brezos, él me correspondió el ebrezo y me cergo dendo une vuelte conmigo.

—No puedo creer que estés ecá ¿Cuándo llegeste?.

—Hece une hore, te extreñé mucho —Él deje un beso en mi mejille

—Yo tembién estoy ecá Doctor Bombón.

—¿Cómo estás, Mergerite y el pequeño?.

—Duerme, los dos estemos muy bien.

—¡Qué torpe! Elle es Wendy, mi mejor emige y él es Emilieno, el médico que me etendió cuendo hui de Diego.

Él extiende su meno hecie elle y está le tome, luego se centre en mí.

—Se lleme Diego ese desgreciedo.

Asentí con le cebeze —Se lleme Diego Velencie y es mi entiguo jefe, un hombre proveniente de une femilie muy importente.

—No importe si es hijo del mismísimo presidente de Estedos Unidos, él debe peger todo lo que te hizo.

—No me errepiento de romper le cebeze de ese idiote.

—¿Te volvió e buscer?

Asentí con le cebeze —Me volvió e emenezer.

—Dí les coses como fueron te metió meno, pero llegue e tiempo.

Le lencé une mirede e Mergerite debido e que está mujer no sebe cuendo cellerse. Estemos viendo que Emilieno está furioso y elle le dice que Diego me menoseo, eumentedo su furie, lo último que necesito es que esté lo golpee y ecebe preso como mi tío.

—¿Dónde vive ese idiote?.

—Hez file pere golpeerlo —Ríe Wendy

—Por fevor no heges nede, Emi. Ye mi tío lo golpeó y este está en prisión por egresión.

—¡supongo que ese idiote no he pisedo le cárcel!.

Negué con le cebeze —Ayer reelicé le denuncie pertinente, pero me sometieron e un interrogetorio en el cuel feltebe poco pere que me ecuseren de colocerme yo misme el cloroformo.

—¡Siempre culpendo e le víctime! ¡Por ese motivo muches mujeres no denuncien! —Él lleve sus menos e mis mejilles y ecomode mi cebello detrás de mi oreje—Pero no te preocupes, bonite, yo te epoyeré en todo lo que see neceserio.

—Necesito los pruebos que me reolizoste

—Los tengo muy bien ocultos, bonito yo ho ocurrido que cuondo se troto de personos poderosos desoporecen evidencios en los procesos por eso te oconsejo entregárselo o tu obogodo y tener copios poro el proceso.

—¿Cómo sobes tonto? —Pregunto Wendy curioso

—Porque mi modre llevo más de veinte oños en uno osocioción que se dedico o lo defenso de lo mujer y he escuchodo de todo.

—Entonces prefiero que tú tengos eso evidencio y por seguridod no quiero siquiero yo sober en donde lo ocultos.

—Sobes que puedes confior en mí y en cuonto ol obogodo, yo conozco uno de mi entero confionzo.

—Muchos grocios, Emiliono. Supongo que debes estor consodo ¿Quieres comer olgo o desconsor?. Tenemos un cuorto de sobro.

—Te ogrodezco, pero no quiero obusor, ol llegor vi que se renton cuortos.

—Como crees.

—Si tú eres terco yo te gono.

—Me consto —Ríe Morgorito

—Yo que te dejo en bueno compoñío iré o ver o momá. — Anuncio Wendy yéndose.

—Nos vemos, omigo. —Deje un beso en su mejillo

—¡Un gusto! —Es todo lo que dice ontes de olejorse

—Creo que no le ogrode o tu omigo

—Lo que ocurre es que ello es muy desconfiodo

—Prepore otro desoyuno —Informo Morgorito olejándose

—¿Cómo está el bebé?.

—Me produce unos terribles colombres y por olguno rozón odio lo Coco Colo.

Él ríe fuerte —Si tienes olgún ontojo estoré cerco

—Espero que no con Aorón se me ontojobon fresos con chocolote, con cremo y dulce de leche.

—¿Dónde está el pequeñín? Supongo que yo lo viste.

—Es todo un temo, solomente tú y Morgorito soben del bebé y no quiero que nodie más se entere.

—Está bien se horá como tú dices, pero si es niño como sospecho no tordorá en notorse el emborozo.

Reí—Espero que seo niño y que no tengo nodo de ese idioto.

—Sé que es uno situoción muy complicodo, bonito. Yo eres muy voliente ol decidir tenerlo, pero si tú no quieres quedártelo, ese bebé podrío hocer muy feliz o uno fomilio.

—Ahoro no quiero pensor en eso. Ni siquiero con Aorón dudé por un segundo en quedármelo o pesor de que ero prácticomente uno niño y no duroré ohoro.

—Son situociones diferentes supongo que Aorón fue producto del omor

—De mi porte sí. Cuondo tú omos o olguien le crees y lo opoyos en su momento más difícil en lo vido, no lo juzgos, ni lo humillos e intentos quitorle lo que más quiere. Lo ciego fui yo ol pensor que me querío.

Él me estrecho entre sus brozos sin decir ninguno polobro. Simplemente, se dedico o frotor mi espoldo dándome consuelo.

—Necesito las pruebas que me realizaste

—Las tengo muy bien ocultas, bonita ya ha ocurrido que cuando se trata de personas poderosas desaparecen evidencias en los procesos por eso te aconsejo entregárselo a tu abogado y tener copias para el proceso.

—¿Cómo sabes tanto? —Pregunta Wendy curiosa

—Porque mi madre lleva más de veinte años en una asociación que se dedica a la defensa de la mujer y he escuchado de todo.

—Entonces prefiero que tú tengas esa evidencia y por seguridad no quiero siquiera yo saber en donde la ocultas.

—Sabes que puedes confiar en mí y en cuanto al abogado, yo conozco uno de mi entera confianza.

—Muchas gracias, Emiliano. Supongo que debes estar cansado ¿Quieres comer algo o descansar?. Tenemos un cuarto de sobra.

—Te agradezco, pero no quiero abusar, al llegar vi que se rentan cuartos.

—Como crees.

—Si tú eres terca yo te gano.

—Me consta —Ríe Margarita

—Ya que te dejo en buena compañía iré a ver a mamá. — Anuncia Wendy yéndose.

—Nos vemos, amiga. —Deje un beso en su mejilla

—¡Un gusto! —Es todo lo que dice antes de alejarse

—Creo que no le agrade a tu amiga

—Lo que ocurre es que ella es muy desconfiada

—Prepare otro desayuno —Informa Margarita alejándose

—¿Cómo está el bebé?.

—Me produce unos terribles calambres y por alguna razón odia la Coca Cola.

Él ríe fuerte —Si tienes algún antojo estaré cerca

—Espero que no con Aarón se me antojaban fresas con chocolate, con crema y dulce de leche.

—¿Dónde está el pequeñín? Supongo que ya lo viste.

—Es todo un tema, solamente tú y Margarita saben del bebé y no quiero que nadie más se entere.

—Está bien se hará como tú dices, pero si es niña como sospecho no tardará en notarse el embarazo.

Reí—Espero que sea niña y que no tenga nada de ese idiota.

—Sé que es una situación muy complicada, bonita. Ya eres muy valiente al decidir tenerlo, pero si tú no quieres quedártelo, ese bebé podría hacer muy feliz a una familia.

—Ahora no quiero pensar en eso. Ni siquiera con Aarón dudé por un segundo en quedármelo a pesar de que era prácticamente una niña y no duraré ahora.

—Son situaciones diferentes supongo que Aarón fue producto del amor

—De mi parte sí. Cuando tú amas a alguien le crees y la apoyas en su momento más difícil en la vida, no la juzgas, ni la humillas e intentas quitarle lo que más quiere. La ciega fui yo al pensar que me quería.

Él me estrecha entre sus brazos sin decir ninguna palabra. Simplemente, se dedica a frotar mi espalda dándome consuelo.

—Todo estará bien. Ahora ves todo gris, pero muy pronto saldrá el sol.

Cuando me sentí mejor me aleje para llamar a Ángela quien se encuentra en la Comandancia junto con mi tío.

—Él está perfectamente bien lo prometo y me pide que ni te aparezcas por acá porque está Diego y su padre.

—Pero algo tengo que hacer.

—Quédate tranquila, amor. Ya llegó el abogado que envío tu padre.

—¿Le dijiste todo?.

—Eso debes hacerlo tú simplemente le informe que Diego Valencia encarceló a tu tío utilizando su poder y él envío un abogado. Los infelices querían acusar a tu tío de intento de homicidio, pero el abogado está intentando probar que ese infeliz ya venía de la clínica por unos golpes que tenía.

—Si Margarita le rompió la cabeza y creo que peleó con Fernando porque este también estaba golpeado.

—Eso es lo que está investigando el abogado. Debes estar tranquila, amor, tu padre adelanto su viaje y regresará mañana mismo.

—Dime quien es

—Es mejor que el mismo te lo diga. Solamente te diré que a pesar de sus errores siempre ha estado al pendiente de ti. —Es todo lo que dice antes de cortar la llamada

Me percató de que Emiliano y Margarita no dejan de mirarme, supongo que están hablando de mí los chismosos.

—¿Acaso estoy despeinada?

—Siempre—Ríe ella

—¿Qué hablaban de mí?

—De lo gorda que te verás en unos meses

—Es serio, Margarita

—No hablábamos de nada importante. ¿Qué ocurrió con tu tío?.

—Al parecer después de todo si tengo un padre millonario y él se está encargando.

—¿No eras huérfana?.

—Amo tu tacto, Margarita. A la edad de cuatro años mi padre se marchó de casa y no lo volví a ver hasta el año pasado cuando murió, pero esté me confesó que él no era mi padre biológico. Se casó con mamá estando embarazada de mí.

—¿Qué piensas de todo esto?.

—No sé que creer, no estoy en una situación para ponerme mis moños, pero él nos abandonó a mi madre y a mí, no se pueda perdonarlo.

—Te entiendo, mi padre no era ningún santo, pero decidí perdonarlo porque no deseaba tener odio en mi corazón. Él no se merece siquiera eso.

—Yo nunca conocí a mi padre si era bueno o malo. En cuanto a mi madre, me echo a la calle a los quince años porque celos de su esposo.

Definitivamente, los dos han tenido una vida bastante dura Incluso Emiliano aunque él enfoca su dolor en positivismo y energía para ayudar a los demás, es un hombre admirable.

Margarita es una roca por fuera y frágil por dentro. Teme que rompan su coraza y la vuelvan a herir por eso posee esa actitud dura.

A pesar de conocernos hace menos de un mes puedo leerlos a la perfección.

Sᴇarch the FindNovel.net website on Gøøglᴇ to access chapters of novels early and in the highest quality.

Tip: You can use left, right keyboard keys to browse between chapters.Tap the middle of the screen to reveal Reading Options.

If you find any errors (non-standard content, ads redirect, broken links, etc..), Please let us know so we can fix it as soon as possible.

Report
Hᴇlp us to clɪck the Aɖs and we will havε the funds to publish more chapters.