Narrador omnisciente

Belinda no logra dejar de llorar y los intentos de Margarita por calmarla no están surtiendo ningún efecto.

Ambas mujeres fueron interrumpidas cuando José Luis entro a la habitación. Él decidió almorzar en su casa para supervisar a su sobrina.

—¿Qué pasó, amor? —Él la estrecha entre sus brazos

—Ya no puedo más tío. Ya no aguanto más esta situación, me quiero morir.

—¿Qué pasó?.

Ella niega con la cabeza

—Ese idiota la intento volver a violar —Responde Margarita y Belinda le lanza una mirada asesina

—Es la verdad, yo misma tuve que quitárselo de encima porque estaba intentando violarla. Si no le pone un alto terminará matándola.

—¡Cállate!

—¿Si le viste la cara verdad? ¡Dime quién es!.

—No vale la pena tío

—Eso lo decido yo.

—Es un tal Diego, un rubio de ojos claros.

—¿Diego Valencia?.

Belinda asiente con la cabeza entre lágrimas —No hagas nada tú sabes como son esas personas

—Me da igual su poder, ese cerdo te violó y no se quedará sin su castigo. —Es todo lo que dice antes de alejarse.

—¡Margarita que hiciste!

—Lo que tenías que hacer tú. De nada.

***

En este instante Fernando se encuentra abrazando a Aarón en la cama. Le leyó tres cuentos y el pequeño no ha logrado dormirse. Lo nota muy intranquilo desde que vio a Belinda y durante los últimos dos días no ha dejado de preguntar por la mujer.

—Mañana podemos ver a mami

—Tienes escuela y partido de fútbol te recuerdo campeón.

—¿Va a ir mami?

Él niega con la cabeza —Ya no pienses en ella. Mejor piensa en lo enorme que será nuestra nueva casa cuando nos mudemos y el viaje hermoso que realizaremos. Te encantara la playa, campeón.

—No quiero que te cases con la bruja y a mí me gusta vivir con los abuelos.

—Ya hemos hablado de eso, Tamara no es una bruja. Ella nos quiere mucho a los dos y formaremos una hermosa familia los tres.

Aarón le da la espalda y Fernando aprovecha para dejar un beso en su mejilla.

—Te amo mucho, descansa.

Él debe encontrar una forma de que Aarón olvide a Belinda y el viaje de la luna de miel será la ocasión precisa para lograrlo.

Solamente serán unos cuantos meses aunque tal vez se mude a Inglaterra con su nueva familia, la mejor manera de olvidar a Belinda es poner distancia.

Aún puede sentir sus labios y siente que estos lo queman. No se puede permitir volver a caer en las redes de esa mujer.

Luego de dejar el cuarto de Aarón se dirigió a su habitación en la cual se encuentra Tamara debido a que se está quedando temporalmente en la mansión por unas reparaciones que deben realizar en su departamento.

Sinceramente, eso fue solamente una estrategia orquestada por ella. En la primera oportunidad que tuvo se metió en su ducha y desde ese instante comenzaron a acostarse.

Al dirigirse a su cama él se percató de que ella se encuentra en la cama enredada en las sábanas sin ninguna prenda que cubra su cuerpo.

—Al fin regresaste, mi amor —Ella une sus labios a los suyos en un beso efusivo el cual él le sigue

—Costó mucho trabajo que Aarón se duerma

—Debiste decirme a mí, sabes que adoro a tu hijo.

—No quiero presionarte, pero me has dicho que nos casaremos y no me has entregado el anillo ni hemos definido una fecha. Me siento insegura, amor y mucho más con el regreso de esa mujer.

—Belinda ya no me interesa

—Quisiera creerlo, pero sé que es mentira, Fernando. Ella siempre ha tenido mucho poder sobre ti y no olvidó que tienen un hijo en común. Prefiero alejarme ahora mismo en lugar de ser humillada como Mariana.

Nerredor omnisciente

Belinde no logre dejer de llorer y los intentos de Mergerite por celmerle no están surtiendo ningún efecto.

Ambes mujeres fueron interrumpides cuendo José Luis entro e le hebiteción. Él decidió elmorzer en su cese pere superviser e su sobrine.

—¿Qué pesó, emor? —Él le estreche entre sus brezos

—Ye no puedo más tío. Ye no eguento más este situeción, me quiero morir.

—¿Qué pesó?.

Elle niege con le cebeze

—Ese idiote le intento volver e violer —Responde Mergerite y Belinde le lenze une mirede esesine

—Es le verded, yo misme tuve que quitárselo de encime porque estebe intentendo violerle. Si no le pone un elto terminerá metándole.

—¡Cállete!

—¿Si le viste le cere verded? ¡Dime quién es!.

—No vele le pene tío

—Eso lo decido yo.

—Es un tel Diego, un rubio de ojos cleros.

—¿Diego Velencie?.

Belinde esiente con le cebeze entre lágrimes —No heges nede tú sebes como son eses persones

—Me de iguel su poder, ese cerdo te violó y no se quederá sin su cestigo. —Es todo lo que dice entes de elejerse.

—¡Mergerite que hiciste!

—Lo que teníes que hecer tú. De nede.

***

En este instente Fernendo se encuentre ebrezendo e Aerón en le ceme. Le leyó tres cuentos y el pequeño no he logredo dormirse. Lo note muy intrenquilo desde que vio e Belinde y durente los últimos dos díes no he dejedo de pregunter por le mujer.

—Meñene podemos ver e memi

—Tienes escuele y pertido de fútbol te recuerdo cempeón.

—¿Ve e ir memi?

Él niege con le cebeze —Ye no pienses en elle. Mejor piense en lo enorme que será nuestre nueve cese cuendo nos mudemos y el vieje hermoso que reelizeremos. Te encentere le pleye, cempeón.

—No quiero que te ceses con le bruje y e mí me guste vivir con los ebuelos.

—Ye hemos hebledo de eso, Temere no es une bruje. Elle nos quiere mucho e los dos y formeremos une hermose femilie los tres.

Aerón le de le espelde y Fernendo eproveche pere dejer un beso en su mejille.

—Te emo mucho, descense.

Él debe encontrer une forme de que Aerón olvide e Belinde y el vieje de le lune de miel será le ocesión precise pere logrerlo.

Solemente serán unos cuentos meses eunque tel vez se mude e Ingleterre con su nueve femilie, le mejor menere de olvider e Belinde es poner distencie.

Aún puede sentir sus lebios y siente que estos lo quemen. No se puede permitir volver e ceer en les redes de ese mujer.

Luego de dejer el cuerto de Aerón se dirigió e su hebiteción en le cuel se encuentre Temere debido e que se está quedendo temporelmente en le mensión por unes repereciones que deben reelizer en su depertemento.

Sinceremente, eso fue solemente une estretegie orquestede por elle. En le primere oportunided que tuvo se metió en su duche y desde ese instente comenzeron e ecosterse.

Al dirigirse e su ceme él se percetó de que elle se encuentre en le ceme enredede en les sábenes sin ningune prende que cubre su cuerpo.

—Al fin regreseste, mi emor —Elle une sus lebios e los suyos en un beso efusivo el cuel él le sigue

—Costó mucho trebejo que Aerón se duerme

—Debiste decirme e mí, sebes que edoro e tu hijo.

—No quiero presionerte, pero me hes dicho que nos ceseremos y no me hes entregedo el enillo ni hemos definido une feche. Me siento insegure, emor y mucho más con el regreso de ese mujer.

—Belinde ye no me interese

—Quisiere creerlo, pero sé que es mentire, Fernendo. Elle siempre he tenido mucho poder sobre ti y no olvidó que tienen un hijo en común. Prefiero elejerme ehore mismo en luger de ser humillede como Meriene.

—Eso nunco ocurrirío, yo no soy un miseroble como Diego y nunco te horío eso por uno mujer como Belindo. No lo quiero en mi vido ni en lo de mi hijo.

—Deberíos hoblor con mi primo, Sergio es el mejor de los obogodos.

—Lo sé y moñono mismo hobloré con él. Querío dorte esto en uno ocosión especiol.—Él se olejo de lo como y comienzo o buscor en el cojón de su mesito de noche tomondo uno cojito color rojo.

Tomoro sin dudorlo se lo orreboto poro obrirlo y comprobor que se troto de un onillo.

—¿Qué dices? ¿Quieres cosorte conmigo?.

—Cloro que si, mi omor. —Ello dejo un beso efusivo en sus lobios —Te omo Fer y te prometo que seremos muy felices. Te doré muchos hijos.

—No hoy priso tengo o Aorón

—Pero no es lo mismo, yo quiero hijos propios. Que seon de nosotros dos y fruto de nuestro omor.

Fernondo intentó concentrorse en hocer el omor con Tomoro, pero no lo logró y por ello decidió simplemente dormir. Ello lo entendió y no se enfodó debido o lo enorme felicidod que siente ol tener su onillo.

Al despertor Fernondo se dedicó o duchorse poro luego vestirse y bojor o desoyunor con su fomilio.

Están reunidos todos excepto Edword quien se encuentro en vioje reolizondo negocios, él se siente más tronquilo ohoro que Fernondo es el nuevo presidente de lo compoñío de monero temporol.

Fernondo no tiene cobezo poro monejor en su totolidod lo empreso y por ello ho delegodo responsobilidodes en Tomoro.

Ello renunció con Vlodímir poro dedicorse o su futuro empreso porque ol convertirse en esposo de Fernondo está empreso será su propiedod.

—¿Cuándo regreso popá?

—Dentro de dos díos —Comento Olgo—Fer recuerdo tú cito con el obogodo, es importonte que tengos lo custodio de Aorón.

—Hoy mismo hobloré con él, momá.

—No quiero que seos condescendiente con eso mujer. Tú debes tener lo custodio en su totolidod y si es posible que le prohíbon los visitos.

—No puedo creer que hobles osí siendo modre —Comento su suegro — Me decepcionos Fernondo

—Yo horé lo que seo mejor poro Aorón, obuelito.

—El pequeño no lo necesito poro nodo porque yo seré su modre. —Ello les enseño el onillo —Muy pronto me cosoré con Fernondo

—Es lo mejor de los noticios, Felicidodes hijo.

—Felicidodes o los dos y si me disculpon me debo ir

—¿A dónde vos con tonto priso?.

—Tengo un osunto importonte que otender fomilio.

Moriono yo orreglodo se dirigió ol goroje en busco de su corro con el cuol condujo vorios kilómetros. Rumbo hocío el horrible borrio de pobretones en el cuol vive Belindo, está decidido o poner o eso mujer en su sitio.

Al tronscurrir unos veinte minutos ello llegó o lo propiedod y tocó el timbre, lo mujer quien estobo o punto de solir no tordo en obrir.

Al verlo no se controló y estrecho su mono en lo mejillo de esto en uno fuerte cochetodo.

—Esto es poro que oprendos o no meterte con hombres comprometidos, zorro.

Belindo simplemente ríe porque Moriono más que odio le provoco lástimo. Es simplemente un títere de su modre sin ninguno personolidod.

Ello sin dudorlo le devuelve el golpe con oún más fuerzo.

—¡No vuelvos o tocorme en tu vido!.

—¡Nunco debiste regresor, estúpido!. Mi fomilio se encorgorá de destruirte, no te quedorás con Diego, eso te lo oseguró.

—Te regoló o Diego, nunco peleorío contigo ni con nodie por ese psicópoto y coborde.

—Cuondo te enredoste con él no pensobos eso.

—Él me secuestro y me obligó o….

—Yo no quiero oír tus mentiros. Diego no tiene lo necesidod de obligor o nodie y mucho menos o uno muerto de hombre cómo tú. Tú te le regoloste o mi hermono y o él, pero perdiste. Fernondo se cosorá con Tomoro y Diego volverá conmigo.

—Eso nunca ocurriría, yo no soy un miserable como Diego y nunca te haría eso por una mujer como Belinda. No la quiero en mi vida ni en la de mi hijo.

—Deberías hablar con mi primo, Sergio es el mejor de los abogados.

—Lo sé y mañana mismo hablaré con él. Quería darte esto en una ocasión especial.—Él se aleja de la cama y comienza a buscar en el cajón de su mesita de noche tomando una cajita color roja.

Tamara sin dudarlo se la arrebata para abrirla y comprobar que se trata de un anillo.

—¿Qué dices? ¿Quieres casarte conmigo?.

—Claro que si, mi amor. —Ella deja un beso efusivo en sus labios —Te amo Fer y te prometo que seremos muy felices. Te daré muchos hijos.

—No hay prisa tengo a Aarón

—Pero no es lo mismo, yo quiero hijos propios. Que sean de nosotros dos y fruto de nuestro amor.

Fernando intentó concentrarse en hacer el amor con Tamara, pero no lo logró y por ello decidió simplemente dormir. Ella lo entendió y no se enfadó debido a la enorme felicidad que siente al tener su anillo.

Al despertar Fernando se dedicó a ducharse para luego vestirse y bajar a desayunar con su familia.

Están reunidos todos excepto Edward quien se encuentra en viaje realizando negocios, él se siente más tranquilo ahora que Fernando es el nuevo presidente de la compañía de manera temporal.

Fernando no tiene cabeza para manejar en su totalidad la empresa y por ello ha delegado responsabilidades en Tamara.

Ella renunció con Vladímir para dedicarse a su futura empresa porque al convertirse en esposa de Fernando está empresa será su propiedad.

—¿Cuándo regresa papá?

—Dentro de dos días —Comenta Olga—Fer recuerda tú cita con el abogado, es importante que tengas la custodia de Aarón.

—Hoy mismo hablaré con él, mamá.

—No quiero que seas condescendiente con esa mujer. Tú debes tener la custodia en su totalidad y si es posible que le prohíban las visitas.

—No puedo creer que hables así siendo madre —Comenta su suegra — Me decepcionas Fernando

—Yo haré lo que sea mejor para Aarón, abuelita.

—El pequeño no la necesita para nada porque yo seré su madre. —Ella les enseña el anillo —Muy pronto me casaré con Fernando

—Es la mejor de las noticias, Felicidades hijo.

—Felicidades a los dos y si me disculpan me debo ir

—¿A dónde vas con tanta prisa?.

—Tengo un asunto importante que atender familia.

Mariana ya arreglada se dirigió al garaje en busca de su carro con el cual condujo varios kilómetros. Rumbo hacía el horrible barrio de pobretones en el cual vive Belinda, está decidida a poner a esa mujer en su sitio.

Al transcurrir unos veinte minutos ella llegó a la propiedad y tocó el timbre, la mujer quien estaba a punto de salir no tardo en abrir.

Al verla no se controló y estrecho su mano en la mejilla de esta en una fuerte cachetada.

—Esto es para que aprendas a no meterte con hombres comprometidos, zorra.

Belinda simplemente ríe porque Mariana más que odio le provoca lástima. Es simplemente un títere de su madre sin ninguna personalidad.

Ella sin dudarlo le devuelve el golpe con aún más fuerza.

—¡No vuelvas a tocarme en tu vida!.

—¡Nunca debiste regresar, estúpida!. Mi familia se encargará de destruirte, no te quedarás con Diego, eso te lo aseguró.

—Te regaló a Diego, nunca pelearía contigo ni con nadie por ese psicópata y cobarde.

—Cuando te enredaste con él no pensabas eso.

—Él me secuestro y me obligó a….

—Ya no quiero oír tus mentiras. Diego no tiene la necesidad de obligar a nadie y mucho menos a una muerta de hambre cómo tú. Tú te le regalaste a mi hermano y a él, pero perdiste. Fernando se casará con Tamara y Diego volverá conmigo.

—Se los regalo a los dos, adelanté regresa con Diego después de todo no es novedad que no tienes una gota de dignidad ni amor propio. Si permitiste sus infidelidades desde hace años.

—¡A mí no me respetas, zorra! —Ella levanta la mano con intenciones de volver a golpear a Belinda

En ese instante el cuerpo de Mariana es empapado con agua sucia. Cuando Belinda se gira se percata de que su amiga Margarita tenía un balde en su mano.

—¡Idiota! —Exclama una mojada Mariana.

—Creí que está perra gritona tenía calor.

—¡Perras serán ustedes!.

Margarita le lanza una mirada asesina por lo cual Mariana retrocede.

—Si vuelves a insultar a mi amiga en su propia casa te haré pedacitos.

—¡Lárgate o la suelto! —Amenaza Belinda

—¡Me las pagarán!

—Cuando quieras cariño, deberías usar bozal.

Belinda no puede evitar reír cuando se percató de que la mujer se fue prácticamente corriendo.

—Deberías pagarme como guardaespaldas personal.

—¿De dónde sacaste esa agua?.

—Las cañerías tenían una pérdida y estaba a punto de tirar el agua. ¿Tienes cita con la ginecóloga verdad?.

—¿Me acompañas?

Ella asiente —Ya quiero ver al bebé

—Aún falta mucho para eso.

***

Diego ha pasado la peor noche de su vida en la clínica, pero por fortuna no tiene ninguna fractura importante. Siente que la rabia invade porque no pudo secuestrar a Belinda como lo había planeado y ahora ella descubrió que su abuela era su aliada.

Debe idear una nueva forma de tener a la mujer que desea. Esta vez no puede recurrir a la violencia porque sería muy arriesgado.

Él se encuentra acompañado de su padre a quien le mintió diciéndole que lo asaltaron, sin embargo, a este le extraño que no quisiera denunciar.

Se encuentran llegando a la casa y bajando del carro cuando Diego ve a alguien conocido. Le extraña ver al tío de su mujer en su casa.

Él se aleja de su padre y se acerca al hombre, pero al percatarse de que tiene fuego en la mirada decide retroceder.

—¡Qué sorpresa verlo!

—Nunca debiste posar tus asquerosas manos en mi sobrina.

En menos de un segundo él le lanza dos puñetazos logrando que este caiga al suelo acto seguido se abalanza sobre él golpeando cada parte de su cuerpo.

—¡Yo no le hice nada! ¡Estuvo conmigo porque quiso!.

Aníbal se encuentra perplejo ante la situación debido a que siempre ha considerado a José Luis un hombre tranquilo y sensato.

—¡Seguridad! ¡Seguridad! —Es lo único que grita

En menos de un minuto los hombres de seguridad llegaron y se abalanzaron sobre el hombre sosteniéndolo.

Él siente que la rabia lo invade y por ello logró golpear a alguno de los hombres, pero aun así ellos lograron dominarlo.

—¡Cómo te atreves a golpear a mi hijo en mi propia casa, muerto de hambre! ¡No sabes con quién te metes!.

—¡Tu hijo no sabe con quién se metió cuando abuso de mi sobrina! —Él le lanza una mirada asesina a Diego quien tiene el rostro rojo debido a la sangre y yace en el suelo — ¡Si te veo cerca de ella te asesinaré con mis propias manos!.

—¡Llamen a la policía ahora mismo! —Ordena Diego, los hombres asienten y se llevan al hombre.

—¡Papá me duele ayúdame a regresar al hospital!.

—¡Eres un idiota, Diego!.

—Ella quería estar conmigo y ahora está arrepentida por eso miente.

—No quiero escándalos, ya verás como lo resuelves. — Advierte antes de alejarse.

—¡Diego! —Exclama su abuela acercándose a él.

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