Narrador omnisciente

En este instante Fernando se encuentra en la clínica, más precisamente, en la enfermería, debido a que Diego sufrió un desmayo.

Desde hace años él le tiene temor a la sangre, lo cual es normal.

—¿En qué estaba pensando?

—No pensabas, idiota.

—¡Maldita sea!

—Tranquilo, Diego. ¿Quieres explicarme otra vez que ocurrió?.

—Estábamos discutiendo

—¡Qué raro!

—Luego se cayó o creo que yo la empuje.Todo fue muy rápido.

—¿Ustedes son familiares de Belinda Uriarte? —Pregunta una enfermera llegando.

—Sí, es mi mujer —Responde Fernando

Diego no comprende porqué le molesta que su primo llame a Belinda “Su mujer”.

Seguramente le enoja la idea de que su primo se involucre con una mujer de posición inferior, como ella.

—La paciente se encuentra fuera de peligro. Perdió mucha sangre, pero ya le realizaron una transfusión.

—¿Puedo verla? —Pregunta Fernando

—Si, pero en estos momentos está débil a causa de la pérdida de sangre.

—También quiero verla.

—Eres un idiota Diego, regresa a la cena y luego hablamos.Yo me encargó de Belinda. —Él le lanza una mirada asesina a su primo antes de alejarse

Él entra a la habitación que le indicó la doctora. Ella se encuentra recostada envuelta en una bata.

Él lleva sus manos a sus mejillas y sus labios a su frente dejando un beso pequeño.

—Me asustaste mucho, eres mi vida entera.

Se ve muy indefensa, lo cual lo enternece, sus labios rosados y resecos, sus ojos cerrados y su piel sudorosa debido a la fiebre, su cabello desordenado, como siempre.

Belinda está lejos de ser la mujer superficial, con excesivo maquillaje, ropa impecable, y personalidad sumisa, como las cuales acostumbra salir, es mucho más tranquila, dulce, amorosa.

A pesar de ya no ser una niña sigue siendo tierna e inocente.

No es la clase de mujer que te traicionaría, ni que te dejaría. Si tienes la fortuna de ser amado,por ella te entrega lo mejor de sí, sin límites. Se entrega al amor sin dudarlo, te confía su corazón y su cuerpo.

Él intento con varias mujeres olvidarla, pero no lo logro.

Arruino todo con la única mujer que me ha amado de verdad. Solamente ella conoció al verdadero Fernando Valencia, no al hombre perfecto, cotizado por las mujeres, el buen hermano e hijo, el perfecto estudiante y digno sucesor.

Conoció al Fernando humano al cual se siente roto y vacío; y solo se siente completo y feliz a su lado.

A pesar de ser más pequeña le enseñó mucho.

Él salió de sus pensamientos cuando se percató que ella está despertando.

—Aarón—Sólo formula ese nombre

¿Quién me roba sus pensamientos? Se pregunta Fernando

El lleva sus manos a sus mejillas —Soy Fernando, tu Fernando, él único en el cual debes pensar, mi princesa.

—Quiero ir a casa con Aarón.

Él acaba de confirmar que ese hombre vive con su Belinda, pero eso no impedirá que él la recupere.

—Estás aquí conmigo mi Princesita —El deja un beso en sus labios.

—No lo escucha, señor —Comenta una enfermera llegando mientras le saca el suero

—Todavía sigue débil —Le recuerda Fernando

—Lo sé, si fuera por mí la dejaría toda la noche, pero necesitamos las camas, para más pacientes en estados más graves que su mujer.

A él le encanta como suena esa frase “Su mujer” porqué eso es Belinda. Le pertenece desde que la hizo suya por primera vez.

—¡Señor! Ya el doctor fimo el alta. Posiblemente, la señora tenga temperatura en la noche ,por ello, debe supervisarla.—asiente mientras le indican que medicamentos le debe suministrar para la fiebre y los dolores.

Mientras tanto Diego está hablando con Mariana por el celular.La mujer está más insoportable que de costumbre.

—¡Calma, hermosa!

—Organice está cena a la cual mi novio no asiste y mi hermano se marcha corriendo como alma que lleva el diablo.

—Ya te expliqué que a Belinda se le bajó el azúcar

Ella ríe —¡Y a mí que me importa esa muerta de hambre! ¡Qué se muera!. Te advierto que tus padres están furiosos.

—Mi padre solamente, mi madre esta muerta te recuerdo.

—Bueno ,tu madrastra, amor.

—Ya te dije que no puedo ir y creo que Fer tampoco.

—Dile a mi hermano que regrese a la casa.Mamá está como loca porque se comunicó con Jesica.

¡Maldita sea Jesica! Pensó Diego para sí mismo.

—Bien yo le digo.

Diego se dirigió al estacionamiento en donde se encontraban su primo y una Belinda dormida en el carro.

—¡No hay camas en el hospital!

—Público debía ser

—La llevaré a mi casa.

Diego ríe fuerte —Tu madre y Mariana te linchan. Sabes que no toleran a la Mojigata.

—Entonces en tu departamento

—¿Qué?

—Por tú culpa está así

—Está bien. La loca de tú ex se comunicó con tu madre.

—Es lo último que me faltaba.

***

Belinda se despertó desconcertada y adolorida en una habitación desconocida. Lanzo bostezos y observa a su alrededor.

Al ver su cuerpo se da cuenta de que solamente posee una camisa, gracias al cielo, lleva ropa interior.

—¿Qué pasó? ¿Dónde estoy? —Pregunta en voz alta

—Calma, niña. —Se desconcierta al descubrir que no está sola en el cuarto.

Observa el sofá y se percata de que alguien está durmiendo allí.

Es Diego, quién tiene la misma ropa de ayer, al observar la habitación sé da cuenta de que pertenece a él.

—¿Qué paso?

Él lanza un bostezo y estira sus brazos, fue muy incómodo dormir en el sofá durante toda la noche.

— ¿Recuerdas que tuviste un accidente?.

Ella asiente con la cabeza —Más bien me empujaste

—No esperes que me disculpe parecías una cabra loca. El punto es que te llevábamos a un hospital, en el cual te atendieron, pero no había camas suficientes y por ello te traje aquí.

—Me van a asesinar en mi casa

—Le envié un mensaje a tu tío diciendo que dormías con una amiga. ¿Por qué me tienes agendado como Taradupido?

—Será el auto corrector. ¿Por qué durmió en el sofá?.

—Porque debía controlar tu temperatura—Él acomoda su cabello —Para evitar demandas ,por supuesto, no creas que me importas.

—Claro

—Más bien le importa no ser un asesino. Aún recuerdo como se desmayó al ver mi sangre.

—¡Muy graciosa ,Belinda! ¿Quieres desayunar?.

Ella niega con la cabeza—Ya me tengo que ir

—Yo te llevo, pero antes dime ¿Quién es Aarón?.

—¿Quién? —Pregunta nerviosa

—Tú lo mencionaste mientras delirabas. ¡Aarón mi amor!. —Él ríe burlón

—¿Mencioné quién es?

—No pequeña sorda, por eso, lo pregunto.

—Me duele mucho la cabeza.

—Muy conveniente ,Belinda, si tienes pareja o no, no me interesa, pero destrozaras a mi primo.

—¿Dónde está él?

—¿Acaso soy su nana? Ordenaré tu desayuno y es lo último que haré por ti. —Le advierte mientras se marcha provocando la carcajada de ella.

—Taradupido

—Te escuché

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