Capítulo 224 

Pensando en lo que pasó, Sofia se enteró la cara en las sábanas, sintiéndose completamente avergonzada… 

Después de levantarse, la familia pasó el día en la vieja casa y no regresaron a Jardin de Rio hasta la tarde. 

Al llegar la noche, despues de bañarse, Sofia saltó a la cama y se aferró a las sábanas, estaba demasiado agotada y un poco adolorida… 

Después de su ducha, Rafael entró a la habitación y vio a su pequeña esposa tan a la defensiva, que no pudo evitar reír y dijo: “Mi amor, ¿en verdad necesitas hacer esto?” 

Sofia, envuelta apretadamente en las sábanas, respondió: “Esta noche cada uno duerme con su manta, o duermes solo, o te regresas a la villa.” 

Una vez en la cama, Rafael lanzó la manta que Sofia había preparado para él al suelo, insistiendo en acurrucarse junto a ella. 

La abrazó fuertemente mientras hablaba. 

“No soy un monstruo, solo quiero ver si estás herida.” 

Sofia rápidamente detuvo su mano que se extendía hacia abajo, “No mires.” 

Entendiendo la timidez de su pequeña mujer, no insistió y simplemente la abrazó diciendo, “Entonces, durmamos.” 

Sofia, envuelta en sus brazos, se sintió como si tuviera una estufa detrás de ella. Pero la presión incómoda en su cintura la hizo moverse sutilmente, intentando alejarse del contacto. 

“Mi amor, si no te duermes y sigues moviéndote, no puedo prometer no tocarte esta noche-” 

La voz de él repentinamente sono, mientras se le acercaba intencionalmente, lo que dejó a Sofia petrificada, incapaz de moverse. 

“No me muevo más, voy a dormir.” 

Se escuchó una risa suave, y algo que era imposible de ignorar detrás de ella… 

Sofia, interamente, confirmó que él era un completo animal- 

Sofia ni siquiera recordaba cuándo se quedó dormida, solo sabía que durmió bien toda la noche. Al despertar el hombre ya no estaba a su lado, escuchó las voces de Leo y Noe afuera. Leo y Noe tenian que ir a la escuela. Recordó haber puesto una alarma la noche anterior, ¿cómo no escuchó el despertador? Tomo una chaqueta al azar y salió de la habitación 

Al salir, vio a Rafael y a los dos niños desayunando juntos. 

“Mama, ya te levantaste. Papá dijo que hoy él nos llevaría al jardin de infantes para que pudieras dormir un poco más.” 

Leonardo habló con cariño. 

“Si, papá también preparó el desayuno, ¿mamá, comerás con nosotros?” Noelia, mordiendo un pastel de crema, invitó a su mamá a desayunar. Sofia estaba desconcertada por la escena frente a ella, siempre había sido ella quien preparaba esas cosas. Se habia acostumbrado y nunca lo encontró dificil, pero esa mañana, viendo al hombre sentado en la mesa sonriéndole, de repente sintió que ser cuidada era una sensación maravillosa. 

Se acercó suavemente preguntando, “¿Por qué mi alarma no sono? ¿Por qué no me despertaste?” 

Rafael extendió su mano para tomar la de ella, frotando suavemente con su dedo indice en la palma de ella le dijo, “Apagué tu alarma, quería que durmieras un poco más. El desayuno to pedí de ese lugar que te gustó la última vez, dijiste que estaba rico. Dejé algo para ti en la cocina, ve a buscarlo después de que te arregles. Yo llevaré a Leo y Noe a la escuela.” 

Luego llamó a los pequeños para que se pusieran sus mochilas 

Todo estaba perfectamente planeado, Sofía asintió aturdida, y fue empujada por Rafael a arreglarse y cambiarse. 

Solo cuando escuchó la puerta cerrarse volvió en si 

Mirándose en el espejo, comenzó a sonreirtontamente.. 

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