Un Beso Que Le Atrapó A Mi Señor Perfecto Novela Completa
Capítulo 1698

Capítulo 1698 

Sofía le respondió: “Bueno, voy a preparar algo que ustedes dos siempre les gusta comer. ¡Les avisaré cuando esté listo!” 

En ese momento, no se escuchó ninguna respuesta en la habitación. Sofía esperó un rato, luego, se dio la vuelta y se dirigió a la cocina. 

Dentro de la habitación, Romeo esperó hasta que los pasos de Sofía se alejaron antes de suavizar su mirada fría hacia su hijo, cuyos ojos estaban hinchados de tanto llorar. 

“¿Por qué lloras tanto? ¿No te dije que volvería pronto?” 

La voz del hombre era ruda, pero los movimientos de sus manos eran suaves. Suavemente frotó los ojos hinchados y rojos de su hijo. 

Diegui frunció sus labios y dijo con una expresión de reclamo: “Papá, a mí… a mí no me gusta estar aquí, quiero ir a buscar a la mami de Esther…” 

Antes de que el niño pudiera terminar de hablar, el hombre le puso un dedo en los labios y le hizo un bajar la voz. Le advirtió que no mencionara “mami” en voz alta, por si las paredes tienen oídos. 

Diegui entendió lo que su padre quería decir, se sonó la nariz y obedientemente guardó 

silencio… 

Romeo tomó al niño en sus brazos y lo consoló en silencio. “Sé que la extrañas mucho, yo también la extraño. Pronto, muy pronto, nuestra familia estará reunida.” 

Diegui levantó la cabeza con sorpresa y respondió en voz baja: “¿Lo dices en serio? ¡Papá! ¿Podremos vivir juntos con mamá Esther y nuestros hermanos?” 

Romeo asintió con firmeza a su hijo. “Sí, y nunca nos volveremos a separar.” 

Diegui creyó en las palabras de su padre, y su corazón de repente se tranquilizó y se llenó de expectativas. Se frotó los ojos, “Entonces obedeceré a papá y esperaré a ver a mami 

otra vez.” 

No se atrevió a volver a mencionar el nombre de Esther, porque su padre le había recordado que no debía mencionar el nombre de su madre aquí. 

Romeo puso su gran mano sobre la cabeza de Diegui y la frotó suavemente. “Bien, ayuda a papá a cerrar las cortinas. Papá está un poco cansado y quiere dormir un rato.” 

“¡Bien!“, respondió Diegui. Después, corrió dando brincos hacia el ventanal. Quien hubiera sabido que debido a que corrió demasiado rápido, resbalaría, perdiendo el control, y terminaria cayendo al suelo… 

Delante de él estaba una cabina de cristal, con bordes afilados. ¡Un niño pequeño 

definitivamente se lastimaría si chocara contra él! 

Justo cuando Diegui pensó que estaba seguro de que se iba a lesionar, ¡madre mía! Alguien lo agarró por la cintura y lo levantó por los aires. 

Después de evitar el peligro, Diegui soltó un suspiro de alivio. Luego de quedar en estado de shock, se preguntó quién podría haberlo levantado, ya que solo él y su padre estaban en la habitación. 

Entonces, el chico se volvió la mirada, ¡y la cara de Romeo entró en su visión! 

“¿Papa?” Diegui se sorprendió, luego se apresuró a bajar la mirada para verificar las piernas de su padre. 

Tenía razón, ¡papá se había levantado! Papá realmente se había levantado… 

Justo cuando el niño estaba a punto de exaltarse, Romeo volvió a poner la mano sobre. su pequeña boca aún abierta y le dijo en voz baja y seriamente: “Shh! No puedes contárselo a nadie, no pueden saberlo.” 

Cuando papá decía “ellos“, sin duda se refería a Sofía y a su padre. 

Cuando Diegui recuperó el sentido y asintió enérgicamente para indicar que lo había 

entendido. 

Solo entonces Romeo se agachó y lo puso cuidadosamente en el suelo, antes de volver a sentarse en su silla de ruedas. 

Romeo aún no podía asimilar su propia realidad en la que se podía poner de pie. 

Cuando estaba en el hospital, descubrió que sus piernas inexplicablemente recuperaron sus fuerzas después de ser provocado por la pequeña Esther. Luego comenzó a moverlas de nuevo… 

El no entendía el motivo, tal vez la medicina que le había administrado el doctor habia neutralizado las drogas que Sofía le había dado durante todos estos años, las que le causaba la atrofia muscular en sus piernas, usaba un veneno para combatir otro veneno Podia ponerse de pie, pero debido a años de estar sentado, la fuerza en sus piernas habia disminuido significativamente y necesitaría un tiempo para recuperarse. 

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Capitulo 1699 

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