Capítulo 2283 

Ella sabia que le había causado problemas, pero solo quería regresar. 

Si no fuera por Leito, ¿para qué habría volado sola de regreso, esperando sola en un frío aeropuerto? 

“¡Leito, no te causaré más problemas!” 

Rita se dio la vuelta llorando, lista para salir corriendo y alejarse. 

Leonardo estaba aún más preocupado; ella realmente no conocía el lugar y si salia corriendo, no sabial qué podría suceder. 

Corrió tras ella, sujetándola y tratando de calmarla. 

“Está bien, me equivoqué al decir eso, no quise decir que me molestas. Dijiste que estabas aburrida en casa y por eso pensé en un plan para ti. Deberias estar disfrutando las vacaciones con tus amigos, pero al regresar, solo te quedas aquí, enfrentándote a los abuelos. Mientras no te resulte insoportable, 

está bien.” 

Rita escuchó su explicación, todavía sorbiendo por la nariz. 

“Leito, ¿realmente no te estoy causando problemas?” 

Leonardo, algo resignado, dijo: “De verdad que no.” 

“¿Mi llegada ha interrumpido tu tiempo a solas con Mairita?” 

Leonardo frunció el ceño, sin entender por qué de repente mencionaba a Maira con ese tono. 

“Desde que conociste a esa mujer, parece que tienes menos tiempo para mí. ¿Es por ella que te has vuelto tan impaciente conmigo?” 

Al escuchar las quejas de Rita, la poca paciencia de Leonardo se desvanecia aún más. 

“Tú sabes su nombre, ¿por qué te refieres a ella como esa mujer? Muestra algo de respeto. Ella ahora es mi esposa, y espero que la trates con respeto.” 

Rita se asustó al darse cuenta de que era la primera vez que Leonardo le hablaba con tanta severidad. ¿Maira ya era tan importante para él? 

Leonardo no la trató con la indulgencia acostumbrada y Rita sintió un nudo en el corazón, sabiendo que no podía seguir haciendo un escándalo o inclinaría la balanza en su contra. 

“Leito, no te enojes, solo es que no estoy muy familiarizada con Mairita. ¿Por qué piensas que no la respeto? 

Si no la respetara, ¿por qué ayer te acompañé a comprarle regalos y visitarla? Acabo de volar de regreso y estoy cansada, pero sabía que Mairita es tu esposa, por eso insisti en ir a verla lo antes posible.” 

Al oír a Rita, las cejas de Leonardo finalmente se relajaron. 

“Sé que no eres una persona insensible, pero la forma en que la llamaste fue realmente grosera. 

Si Maira lo hubiera escuchado, definitivamente se hubiera sentido mal.” 

Maira, oh Maira, incluso estando en una cama de hospital, aún ocupaba los pensamientos de Leonardo, y Rita sentía una gran inquietud en su interior. 

“Entendido, no volveré a hacerlo. Leito, no te enojes, reconozco mi error.” 

12:47 

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El tambe di cen 

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