Capítulo 354
-¿Dónde está? ¿Dónde?
Ella corrió hacia la barandilla del corredor, y desde allívio en el salón la figura de un hombre imponente y elegante.
Hoy se había puesto un traje de alta costura, adornado en los puños con los gemelos de cristal que all le había regalado, luciendo impecable y distinguido, lo que hacia que su ya de por si atractivo rostro resaltara aún más.
-Roman!
Gritó ella emocionada, atrayendo la mirada de todos hacia abajo.
-Nea.
Nerea, incapaz de
le
ntener su emoción, corrió escaleras abajo en zapatillas.
Pero al ir muy rápido, se resbaló en los últimos escalopes, cayendo hacia adelante con un grito, -¡Ay!
Roman, Amancio y Miquel, al ver la situación, comero para atraparla.
En ese momento, Nerea cayó en los brazos de Roman abrazándolo fuertemente.
-Nea, ¿estás bien?
Roman la examinó preocupado, mientras ella acurrucada en sus brazos, se quejó con voz lastimera, como un gatito herido, -Me duele… me duele mucho.
-¿Dónde te duele?
Él frunció el ceño, a punto de revisar su tobillo, cuando Nerea señaló su pecho, -Aqui duele, mel
corazón de tanto extrañarte…
Roman se quedó sorprendido, siguiendo su mano con la mirada, y la luz en sus oscuros ojos ca
-Yo también te extrañé
-¿En serio? Entonces tü…
Nerea rodeó su cuello con los brazos, a punto de hablar, cuando de repente escucharon un rugido contenido de furia desde un lado, ¿Es que yo no existo para ustedes dos?
Nerea giró la cabeza, mirando curiosa, -Miquel, ¿cuando llegaste aquí?
Miguel apretó los dientes, mostrándose visiblemente celoso.
Antes, Nerea siempre habla mostrado preferencia por él, siempre eran abrazos y juegos con él, pero ahora Roman parecia haberle robado completamente el corazón, mostrándose cariñosa con él incluso delante de Miguel, hasta parecia que ni siquiera lo vid!
con Roman, pero ahora vela
Después de que Amancio lo regañara ayer, había decidido ser más amable con Roma que la enemistad por el afecto de su hermana era irreconciliable.
Con una cara de inocencia y curiosidad, Nerea lo miro pero en el fondo, una parte traviesa de ella comenzaba a agitarse.
Lo había hecho a propósito, si él había molestado a Roman ayer, hoy no dejaria que nadie le pusiera un
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Capitulo 354
dedo encima a Roman.
-Ya estamos todos bien, ¿podemos soltarnos ya?
Nerea, sosteniéndose la cabeza, le dijo, Ay, corri tan rápido que me siento mareada…
Miguel vio a través de su truco de inmediato, -Nere, tan temprano!
by ya sin lavarte la cara ni peinarte, ¿no estarás oliendo mal?
-¿Qué?
Nerea sorprendida, se alió a sí misma, y entonces escuchó una risa profunda y atractiva desde arriba, -No hueles mal, hueles a perfume
Jeje, mi Romi, si que eres el mejor…
Miguel tenía una expresión furiosa en su rostro.
Camelia: – Nere, ve y arreglate, Roman es un invitado especial, no pierdas las buenas maneras.
-¡Vale!
-Sr. Roman, por favor, siéntese.
Roman retiró su m
Pablo: -Esto…
mirada de Nerea, -No hay de qué, llámame Roman,
Al ver la situación, Javier rápidamente abrió el regalo que traía, -Nuestro jefe vino hoy a visitarlos y trajo un pequeño obsequio.
-¿Para qué traer regalos?
Camelia estaba diciendo esto cuando vio a Javier abrir la caja de regalo, revelando un collar de esmeraldas lujoso y deslumbrante, dejándola sin palabras.
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