Capítulo 275
Jared volvió a la vida, tan emocionado que casi abraza a Nerea, pero entonces… vio al Sr. Roman
acercándose.
Mejor cuidarse el pellejo.
Por fin filtraron el agua, y Nerea, muriéndose de sed, tomó una hoja de plátano fresca, la llenó de agua y justo cuando iba a beber, alguien sostuvo el tallo.
-¿Comandante Roman?
Ella levantó la vista, confundida, hacia Roman. Al siguiente segundo, él vertió el agua de la hoja en una botella vacía de agua mineral.
-Quiero probar el agua que filtraste.
¿Qué?
Nerea aún no asimilaba lo ocurrido, cuando lo vio inclinar la cabeza para beber, con la nuez de Adán subiendo y bajando, no era broma, realmente estaba bebiendo.
¿Estaba bebiendo agua del río?
Aunque ella había hecho un tratamiento básico y filtrado del agua, debido a los precarios medios, seguramente aún quedaban impurezas y bacterias.
Los cadetes no tenían otra opción, mejor beber eso que andar con sed, pero él tenía agua mineral, ¿por qué iba a querer beber el agua del río?
Y más aún, ¿no es que él era muy maniático con la limpieza?
La cámara enfocó la cara sorprendida de Nerea mientras Roman daba un sorbo y luego le devolvía el
agua.
Nerea, con los ojos abiertos de asombro, vio cómo él cambiaba el agua por vino’ frente a la cámara.
Lo que le devolvió no era la botella con agua del río, sino una verdadera botella de agua mineral. Las dos botellas eran idénticas, con la misma cantidad de agua y hasta sin tapa, nadie notaría la diferencia.
Resulta que él había vertido a propósito el agua del río en la botella de agua mineral y la había bebido, todo para intercambiarla por agua mineral de verdad para ella.
¿Cómo podía ser tan bueno?
A pesar de ser tan maniático con la limpieza…
Nerea lo miraba incrédula, con un brillo emocionado en sus ojos.
Roman: -No está mal.
-¿De veras?
Roman, ¿por qué siempre eres tan bueno conmigo? Tan bueno que ni sé qué hacer…
-¡La comida está servida!
-¿Adivinen qué conseguí?
-Pececillos, peces grandes, camarones y bagres, ¡hay suficiente para una cena de seis!
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Capitulo 275
Ramiro llegó a la orilla cargando su ropa llena de peces y camarones, y los demás cadetes se reunieron alrededor, emocionados, comenzando a seleccionar, ¡Este camarón es tan lindo, todavía se mueve!
T
-Este pescado es enorme, ¿cómo lo capturaste, Ram ro?
Los grandes son fáciles, lo difícil es con los pequeños.
-Ahora que tenemos ingredientes, ¿cómo vamos a cocinar?
-En esta isla desierta no tenemos muchas opciones, solo podemos asarlos.
-Ustedes piensen en eso, ¡yo voy a beber algo de agua!
Ramiro dejó los peces para pedirle agua a Nerea, mientras Jared, Isabella y Viena discutían cómo asar los peces. Débora estaba sola al margen, viendo a los demás divertirse, con los ojos a punto de llenarse de lágrimas.
Al lado, una asistente veía a Débora pálida y temblorosa, como si fuera a desmayarse en cualquier
momento.
-Débora, ¿por qué no pruebas también el agua que Nerea purificó? Veo que todos la han bebido, incluida ella, y no les pasó nada.
-¡Cállate!
Débora la reprendió. ¡Preferiría morir de sed antes que beber el agua de Nerea!
Además, ya había dicho claramente frente a las cámaras que no lo haría. Si iba ahora, ¿no estaría
contradiciéndose?
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