Resistiendo al amor de Mi Ex-Marido
Capitulo 305

Capitulo305 Bella opté por uno de los famosos centros comerciales del pais de Marelia.

Alli era un verdadero paraiso para las compras, con una amplia gama de marcas de lujo, joyas y bolsos que dejaron a Bella deslumbrada.

Ella eligi para si algunos vestidos y zapatos de moda, y pensando que a Elena le gustaban los productos de belleza, también escogi6 dos juegos de cuidados de lujo.

Después de deambular sola durante dos o tres horas, hasta que cerro el centro comercial, Bella salié con grandes y pequeiias bolsas, satisfecha.

Las calles afuera del centro comercial

ya no tenian el ajetreo de cuando ella llego, se veian bastante solitarias, y habia un grupo de indigentes amontonados en la acera, ya sea sentados comiendo o sumidos en el sueno, envueltos en mantas.

Al ver a Bella cargada con diversas bolsas, varios de ellos le dirigieron la mirada.

Acostumbrada a la seguridad de su pais, de pronto ante esa situacion Bella sinti6 una creciente inquietud.

Adelante, en la calle, habia taxis esperando pasajeros, asi que Bella se apresuro hacia ellos.

Pero entonces, uno de los indigentes cerca de la acera se levanto tambaleante y se dirigio hacia ella.

Para evitarlo, Bella cambio de rumbo'y

se dirigio hacia el lado izquierdo de la calle.

Tras recorrer un trecho, Bella se dio cuenta de que aquel indigente la estaba siguiendo.

Reprimiendo el miedo, saco rapidamente su teléfono para llamar a la policia local, pero antes de marcar el numero, jel hombre le arrebato el bolso! —jAh! —grité Bella, y sin pensarlo, le propiné una patada.

El indigente, mucho mas grande que ella, apenas retrocedié un par de pasos, sin caer.

Pero, enfurecido por el golpe, comenzo6 ainsultarlay a levantar el puno para pegarle.

Aterrada, Bella retrocedio unos pasos,

olvidéndose de pedir ayuda, y ech6 a correr.

Las calles alli estaban desiertas y frias, y Bella grito pidiendo socorro, sin ver a nadie. Mientras, el indigente se acercaba cada vez mas, casi alcanzandola.

Ante la vista del ladrillo colocado en el suelo frente a ella, Bella tomo una decision. Sin dudarlo, lanzo los paquetes y bolsas que llevaba en la mano contra el vagabundo.

Aprovechando el momento en que este extendia los brazos para cubrirse, Bella recogio el ladrillo del suelo y lo descargd con fuerza sobre su cabeza.

—jAaah! —aullo el hombre, mientras la sangre comenzaba a manar entre sus dedos.

Bella, aterrada y con miedo, quiso huir, pero sin darse cuenta tropez6 con una piedray cayo sentada al suelo.

En ese momento, el enfurecido vagabundo, cubriéndose la frente, vociferaba improperios y se abalanzaba para golpearla con el pie.

—iStop! Resono una voz friay enérgica.

Bella abrid los ojos y vio acercarse a un hombre vestido con un elegante traje blanco, de rasgos apuestos.

Era Carlos.

El vagabundo, al ver a este hombre de complexién mas débil que la suya, lo desafio con el dedo en alto, ordenandole que se largara.

Pero Carlos, sin inmutarse, senalo

tranquilamente hacia atras.

Bella siguio la direccion de su dedo y divis6 un coche de policia que se aproximaba.

Al verlo, el vagabundo eché a correr, perseguido por los policias que descendian del vehiculo, silbando y blandiendo sus porras.

Sin prestar atencion a la escena, Carlos se acerco a Bellay le pregunt6 con un deje de desdén: —¢Puedes levantarte por ti misma? Bella, tras la experiencia tan peligrosa que acababa de vivir y al encontrarse con un rostro conocido en lugar extrano, sin importarle si Carlos pudiera burlarse de ella, rompio a llorar a lagrima viva.

—Qué fea eres llorando —la reprendio

Carlos con desdén—. Hace un momento parecias tan valiente, atreviéndote a golpear a alguien en la cabeza, y ahora resulta que tienes miedo.

¢Miedo ahora? jElla habia tenido miedo todo el rato! No, espera...

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