Resistiendo al amor de Mi Ex-Marido
Capitulo 297

Capitulo297 Bella era mas menuda que los lugarerios y tenia un aspecto juvenil, por lo que pronto un apuesto y confiado joven se le acercé para pedirle su numero de teléfono, preguntandole si estudiaba por alli.

—Lo siento, es mi esposa. No puedo darte su contacto.

Respondi6 Pedro rapidamente en un inglés fluido y natural, antes de que Bella pudiera contestar.

Aunque el extranjero tenia unos rasgos faciales muy atractivos, al lado del alto y gallardo Pedro parecia bastante sencillo.

Especialmente la innata elegancia altiva de Pedro facilmente hacia sentir

a los demas su propia insignificancia, El joven no insistio mas y se disculp6 antes de irse.

Pedro entonces roded la esbelta cintura de Bella con su largo brazo, sin dejarle opcion.

Bella queria luchar, pero Pedro la mir6 y dijo: —¢Todavia quieres que te flirtean? —¢No puedes quedarte descansando en la habitacion en vez de venir conmigo? —se quejo Bella.

Pero Pedro no le hizo caso y la condujo asi, dominante, hasta el estacionamiento.

El ambiente del restaurante francés era excelente y la comida deliciosa, aunque los platos tardaban bastante en llegar a

la mesa.

Para cuando terminaron, ya habia oscurecido afuera.

Bella, agotada por el vuelo y todas las vueltas, se quedo dormida profundamente en el trayecto de vuelta al hotel.

Luego, Bella fue vagamente consciente de una presencia cdlida a su espalda.

La manta era suave y acogedora, envolviéndola en una temperatura perfecta. Bella estaba tan comoda que se resistia a abrir los ojos.

Pero entonces noto algo hiimedo en su nuca que le resulté incomodo, por lo que se encogio instintivamente.

Hubo una pausa, y la molestia desaparecio. En su lugar, su cuerpo fue

reposicionado en un amplio abrazo, con su cabeza apoyada en algo ligeramente duro, mientras un tenue aroma a madera llenaba sus sentidos.

¢Aroma? Bella sinti6 un repentino sobresalto, y abrio los ojos.

Ella, que antes estaba sentada en el auto, ahora se encontraba acostada en una cama, cara a cara con Pedro. Su cabeza reposaba sobre el brazo de él.

Los dos estaban muy cerca, el apuesto rostro de Pedro casi tocaba el de ella.

Sus ojos negros eran profundos como Po0Zzos y su respiracion era ardiente.

Al ver que Bella habia abierto los ojos, Pedro no la solt6, sino que inclino la

cabeza y poso sus labios sobre los de ella.

Un hormigueo embargo sus labios, dejandola por un momento aténita, olvidando por un instante la necesidad de forcejear.

Pero Pedro, como si tuviera el permiso, profundizé el beso con mas fuerza, estrechandola con su gran mano contra su cuerpo, deseando fundirla en él.

En el momento en que sus dientes fueron separados, la mente aturdida de Bella finalmente se recompuso.

Empuj6 a Pedro con fuerza, aunque no logro liberarse de su agarre, al menos puso fin a aquel beso inexplicable.

—¢Qué estas haciendo? —reclamo Bella, molesta.

La voz de Pedro, ronca como si se hubiera encendido en llamas, respondio: —Bella, eres mi esposa, puedo hacer lo que quiera contigo, es legal.

—Ni madres, incluso dentro del matrimonio no puedes obligar a una mujer en contra de su voluntad, y ademas, nosotros vamos a di...

La palabra "divorcio" muri6 en su boca cuando Pedro volvi6 a besarla.

Como si la estuviera castigando, Pedro la besaba con fuerza, invadiendo sus labios sin cesar, estrechandola con firmeza contra su cuerpo. Bella casi no tenia fuerzas para resistirse.

—Suél...ta...me... —brotaron entrecortadas palabras de su garganta, casi sin poder respirar.

Pedro liber sus labios y le susurrd con voz ronca al oido: —;Podemos hablar bien? El pecho de Bella subia y bajaba con agitacion. —Pedro, eres un imbécil, yo...

Antes de que pudiera terminar, Pedro volvié a morder sus labios.

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