Capitulo 226 

La abuela Borrego dijo. “Antes tu padre habla colaborado con la familia Luján, incluso cuando eras pequeño conocista a Delfina, solo que en ese entonces Delfina era muy joven, tú le llevabas siete años, así que es normal que no te acuerdes“, 

“Aunque nhom que la familia Luján no esté en su mejor momento, siguen siendo una compañia colizada en bolsa. Traer a la Sta Delfina a casa para tmbajar como empleada doméstica, realmente es someterla a una situación indigna”. 

Sebastián habló con fralded. 

Era evidente para Delfina que Sebastión ya sabla de su identidad, solo que habla estado fingiendo ignorancia. 

Delfina bajó la mirada un poco desanimada 

La abuela Borrego mira Sebastión con reproche y dijo: “¿Qu leada doméstica? Aún estoy por ver lo suficiente de esta chica como para quererla, ¿cómo podría hacerla trabajar como empleada? Solo que Delfina es muy devota y congeniamos bien, me gusta que me cuide, por eso le he pedido que se quede unos días conmigo, y no permitiré que la trates como a una empleada“. 

En ese momento, Femanda bajó por las escaleras, y la abuela Borrego miró hacia Fernanda que acababa de bajar y dijo: “No solo no permitiré que la trates como a una empleada, Femanda tampoco puede verla de esa manera, Delfina está aquí para cuidarme, y solo debe obedecerme a mi. 

“Señora, la familia Borrego le ha hecho un gran favor a nuestra familia Luján, y es mi deseo cuidar de usted. Incluso cuidar de la señora, cuidar de Sebastián, lo hago con gusto“. 

Aunque Delfina dijo esto, ya estaba sentada al lado de la abuela Borrego. 

La abuela Borrego tomo canñosamente la mano de Delfina: “Esta niña es tan obediente, cuanto más la veo, más me gusta. Si fuera mi nieta, seria maravilloso“. 

Fernanda miró con frialdad, la abuela Borrego no queria una nieta, claramente queria una nieta politica. 

“Si a la abuela le gusta tanto la Srta. Delfina, entonces no estaria mal considerarla como nieta“. Sebastián de repente dijo esto y el rostro de la abuela Borrego perdió su sonrisa por un momento. 

Fernanda también bajo, sonriendo y diciendo: Si a la señora le gusta la Srta. Delfina y quiere tomarla como su nieta adoptiva, por supuesto que estoy de acuerdo“. 

¿Cómo podria ser? Incluso si yo lo deseara, su madre no estaria de acuerdo. Yo, bueno, preferiría que Delfina se quedara siempre a mi lado“. 

La abuela Borrego sonrió y acarició la mano de Delfina. 

Fernanda se sentó al lado de Sebastián y dijo: “Justo ahora estaba observando a la Srta. Delfina, y pensé que por su apariencia y comportamiento no parecia una criada, ¿cuántos años tienes?” 

Delfina, algo avergonzada, bajó la cabeza: “Cumplo diecinueve este ano 

“Con diecinueve, deberías estar en la universidad, ¿a cuál asistes?” 

Delfina sonrió y dijo: “Estudio en la Universidad del Nuevo Mundo“. 

Fernanda se detuvo un momento con su taza de café en la mano. 

Sebastián también funció el ceño. 

Viendo que el ambiente se habia puesto tenso, Delfina, creyendo haber dicho algo incorrecto, preguntó: “¿Dije algo mal?” 

La abuela Borrego, creyendo que Sebastián habia pensado en Lorena, inmediatamente dijo: “No es que hayas dicho algo mal, es que Sebastián ayudó anteriormente a un estudiante de la Universidad del Nuevo Mundo” 

Delfina, curiosa, preguntó: “Ya veo, entonces Sebastián, a qué estudiante ayudaste? ¿Lo conozco?” 

La abuela Borrego no vela con buenos ojos a Lorena, expresando con algo de reproche: “¿Para qué preguntar por ella? Esa mujer tenila malas intenciones, Sebastián ya ha dejado de patrocinarla, mejor no mencionarla de nuevo“. 

Delfina asintió y dijo: “Entendido, señora“. 

La abuela Borrego volvió a sonreir, Femanda tomó un par de sorbos de café, y la abuela Borrego propuso: “Sebastián, has estado trabajando muy duro estos dias, creo que deberías descansar hoy. Aprovechando que Femanda también está libre, hoy le pediremos a Delfina que prépare unos platos más, la comida que hace Delfina es incluso mejor que la de Camila“

“No hace falta, hoy comeremos fuera Fernanda y yo“. 

Dicho esto, Sebastián tomó la mano de Femandu

Delante de la abuela Borrego y Delfina, Fernanda no se resistió. 

Delfina, observando la mano de Sebastión sobre el dorso de la mano de Femanda, apretó la mano de la abuela Borrego un poco más fuerte. 

Capitulo 226 

La sonrisa de la abuela Bonego se desvaneció y comentó: “Si ustedes, los jóvenes esposos, quieren salir a una cita, adelante, pero deben volver por la noche. No está bien pasar todo el din fuera divirtiéndose“. 

“Entendido“

Sebastián, sin apetito, se levantó y le dijo a Fernando “Ve a cambiarte, te espero afuera” 

Está bien“. 

Quando Fernanda se levantó, miró a Delfina y notó que su mirada seguía a Sebastián con una adoración que no necesitaba palabras. 

Después de cambiarse y cuando Fernanda estaba lista para salit, Delfina parecía aún más melancólica. 

En el auto, Sebastián tomó el asiento del conductor y preparó el cojín del asiento para Fernanda. 

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