Emir asiente e inicia el interrogatorio —Licenciado Valencia usted afirma que nunca fue violento con la señorita Galván. Según su declaración ella huyo de su hacienda molesta con usted. Mi pregunta es ¿Por qué no realizó ninguna denuncia sabiendo que ella se encontraba sola en un lugar desconocido?.

—No se me ocurrió

—Me podría decir porque la siguió buscando si según usted se acabó la relación entre ustedes.

—Por mi hija, ya lo he dicho.

—Me refiero a mucho antes de que usted supiera su embarazo. Usted visitó a la señorita Uriarte Galván en la casa de su abuela e intento abusar de ella.

—¡Eso es mentira!.

—¿Entonces por que ingresó a la clínica con golpes, señor Valencia? Usted alegó que se trataba de un asalto, pero nunca lo denunció y las cámaras de seguridad lo captaron afuera de la casa de ella.

—No quise denunciar para no perjudicarla. La verdad es que Belinda me cito en casa de su abuela para hablar sobre nosotros. Cuando me negué a volver con ella comenzó a besarme y tocarme como solamente ella sabe hacerlo, debo reconocer que sabe como coger…

—¡Module su vocabulario!. —Lo regaña la jueza

—Disculpe, el punto es que terminamos en el sofá con poca ropa y después de la nada ella comenzó a gritar que la estaba violando y llegó una de sus amigas quien me golpeó junto con Belinda.

—Parece que usted siempre es la víctima— Ríe Emir

—Protesto el abogado está especulando

—A lugar

—Licenciado Valencia negará que usted envió estos mensajes —El abogado comienza a leer —“Tú eres solamente mía Belinda y si me enteró de que te ves con otro yo mismo los mataré a los dos” “Aunque te ocultes siempre te encontraré porque ya te marque, eres mi mujer, mi propiedad, solamente mía”.

—Si escribí esos mensajes y muchos otros de la misma índole. También escribí “Muero de risa” y sigo vivo —Bromea. —Nunca mataría a nadie y sobre los otros mensajes simplemente me encendí cuando Belinda me envío unas fotografías, desnuda.

—¡Esto es un asunto serio!

—No puede tomárselo en serio, abogado. Digo muchas tonterías cuando estoy caliente al igual que ella ¿Acaso usted nunca le habla de una forma similar a su mujer?.

—Yo no considero a mi pareja mi propiedad sino un ser humano libre. Quien puede decidir si está conmigo o no, pero no estamos hablando de mí. ¿Qué sentimientos tiene hacía la señorita Uriarte Galván?.

—Protestó no es relevante

Emir ríe —¿No es relevante los sentimientos de posesividad considerando la índole de la demanda?.

—No a lugar, prosiga abogado.

—Usted dijo que no la odia ni le guarda rencor ¿Qué siente por ella?.

—La amo con todo lo que soy, lo que más deseo es recuperar a mi mujer y formar una familia con nuestra hija.

—Es una pena que ella esté enamorada del Doctor Martínez. —Ríe Emir —Me pregunto que planes tendrán a futuro. Tal vez vivir juntos o casarse, tener más hijos además del bebé que viene en camino. Seguramente tienen una vida sexual muy activa considerando los jóvenes que son.

—¡Cállate, idiota! —Exclama Diego

—Es increíble como pasa de la calma a la furia y de considerar a la señorita Galván una mujer que solamente utiliza para su placer a estar enamorado de ella y llamarla “Su mujer”. Más que amor o lujuria lo que siente por ella es una obsesión la cual es muy peligrosa.

—Protestó no especule

—No más preguntas — Anuncia Emir—Llamó a mi último testigo al Licenciado Fernando Valencia

Al transcurrir dos minutos Diego regreso a su lugar y yo me dediqué a realizar el juramento prometiendo decir toda la verdad.

—¿Cuál es su nombre y su relación con ambas partes?.

—Mi nombre es Fernando Valencia, soy primo hermano de Diego y el padre del hijo de Belinda.

—¿Hace cuanto tiempo los conoce?.

—Desde la infancia

—¿Cómo podría describir la personalidad de su primo?.

—Es un hombre frío, manipulador, caprichoso y embustero a quien no le importa pasar por encima de quien sea para salirse con la suya.

—¿Usted trabaja en la empresa?

Asentí con la cabeza —Si

—Supongo que debido a su puesto convive con los dos todos los días. ¿Dígame como fue la relación de ambas partes?.

—Diego maltrataba a Belinda en cada ocasión que se le presentaba. Más de una vez debí intervenir debido a que traspasaba todos los límites.

—¿A qué se refiere?.

—La humillaba y ofendía en público y en una ocasión lastimó su brazo el cual ya tenía una herida previa.

—¿Considera a Belinda una mujer capaz de ser la amante de su primo?

Negué con la cabeza —Belinda es la mujer más honesta que he conocido en mi vida. Ella siempre piensa en los demás y haría lo que sea por su familia, pero antepone su dignidad, es una mujer y madre maravillosa.

—¿Cómo es su relación con ella?

—Tuvimos muchos problemas porque yo creí en las mentiras de Diego, pero rápidamente me di cuenta de que estaba en un error. No me alcanzará la vida para disculparme con ella. —Comente sin dejar de mirarla a los ojos

—¿Cómo se dio cuenta de su error?.

—Me encontré con una persona quién me contó como ocurrió el transcurso de Belinda en la hacienda.

—Explíquelo

—Ella llegó inconsciente y estuvo encerrada durante varios días en la habitación. Los empleados escuchaban sus gritos, pero por temor no la auxiliaron. Eran testigos de los golpes y amenazas que sufría. La persona me comentó que curaba sus heridas en cada parte de su cuerpo.

—Quiero recalcar que esas fotografías fueron presentadas como parte de la evidencia su señoría. Prosiga licenciado Valencia.

—Belinda no solamente sufrió abusos y golpes también fue obligada a embarazarse porque ese infeliz lo hizo con toda la intención de herirme. Él sabe que ella es lo único que me importa en la vida.

—No más preguntas

—¿La defensa desea interrogar al testigo?

Rómulo niega con la cabeza —Sin preguntas

Creímos que este circo había acabado, pero en ese instante el abogado de Diego volvió a hablar y cuándo formuló el nombre del segundo testigo Belinda, yo y las personas a nuestro alrededor quedamos perplejos.

Visualice en la última fila a la señora Matilde y ella lentamente se acercó hacia el lugar. Como lo habían hecho anteriormente realizó el juramento para luego tocar asiento.

—¿Cuál es su nombre y que relación tiene con la señorita Galván? —Rómulo inicia el interrogatorio

—Me llamo Matilde Gómez de Uriarte y soy la abuela de Belinda. Yo la crie desde que tiene cinco años de edad.

—Cuéntenos como fue Belinda en su niñez y adolescencia.

—Durante sus primeros años fue muy tranquila, pero al llegar a la adolescencia no me respetaba y deseaba hacer lo que se le diera la gana.

—Recuerda si alguna vez le comento de sus sentimientos hacia el señor Diego Valencia.

Ella asiente —Me decía que estaba enamorada de él, pero también le atraía su primo. Yo no le tome importancia porque mi nieta siempre fue muy coqueta con los muchachos.

Desde mi sitio puedo visualizar como resbalan lágrimas sobre las mejillas de Belinda. No me imagino lo que debe estar pensando y sintiendo al escuchar a su propia abuela hablar mal de ella.

—¿Fue testigo de alguna situación de violencia entre Diego y Belinda?

Ella niega con la cabeza —El Joven Diego era muy respetuoso y educado con ella. La llevaba a casa todas las noches y siempre la cuidaba en el trabajo.

—¿Usted estaba enterada de su relación?

—Si la misma Belinda me dijo que estaba muy feliz porque él se había fijado en ella. En principio me enoje con ella porque él estaba comprometido, pero termine por aceptarlo porque siempre he apoyado a mi nieta.

—Recuerda que ocurrió la mañana que desapareció Belinda.

—Los días anteriores ella estaba muy enojada por la boda del joven Diego y la señorita Mariana hasta que transcurrió la fiesta del licenciado Vladimir. Esa noche ella llegó a la madrugada y me dijo que Diego le habría prometido que la dejaría por ella. Observe como preparo sus maletas y me pidió que la ayude a buscar sus documentos.

—Allí tienen el secuestro —Ríe Rómulo — ¿Usted sabe por qué su nieta denunció a Diego?.

—Me da mucha pena reconocerlo, pero ella me confesó que deseaba vengarse de él por utilizarla por ello lo quería alejar del bebé y también encarcelarlo. Me contó como se alió con un médico para falsificar unos estudios y unas fotografías.

—¡Cómo puedes mentir de esa forma! —Le pregunta Belinda entre lágrimas y ella no responde nada

—¡Señorita Galván por favor!.

—¡Ese tipo me violó y nadie me cree! ¿A caso me tiene que matar para que hagan algo, ineptos?. Por eso las mujeres no denuncian y los abusadores están libres, son todos unos inútiles.

—¡Sáquenla! —Ordena la jueza

Cuando sacaron a Belinda de la sala no perdí el tiempo y también salí del lugar. Me dediqué a abrazarla e intentar consolarla.

—¿Por qué me hizo esto, Fer? Yo te juro que…

Negué con la cabeza —No tienes que jurar nada. Yo sé quien eres tu Belinda Uriarte.

Desgraciadamente, Emir no logró hacer confesar ni contradecir a Doña Matilde y el juicio termino.

Luego de quince minutos absolvieron a Diego de todos los cargos declarándolo inocente. El escuchar esas palabras solamente aumento las lágrimas de Belinda y la rabia de los demás.

—La verdad siempre sale a la luz—Le dice Diego a Belinda cuándo salimos de la sala y está le pega una cachetada con fuerza.

—¡Algún día lo pagarás!.

—¡Aléjate de ella! —Le advierto

—Belinda te daré hasta el nacimiento de nuestra hija si después de eso no vuelves conmigo me encargaré de llevármela muy lejos.

—¡Te juró que te mataré! —No me controle y le lance un golpe con todas mis fuerzas

—El muerto será otro, Fernando.

Debieron separarnos los guardias y nuestros padres para evitar que nos matáramos.

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