Diego

Debo reconocer que Belinda ha sido muy eficiente durante las últimas semanas, pero aún no estoy seguro de quedarme con ella.

Estoy demasiado estresado, Mariana está mucho más intensa que de costumbre debido a que cada vez falta menos para la boda. No sé en qué estaba pensando cuando le propuse matrimonio, su fortuna no es lo suficientemente grande para tolerarla, esa mujer es insoportable.

He tenido que hacer grandes sacrificios para huir de ella y encontrarme con la bella modelo que conocí en la última fiesta.Desde que la vi decidí que sería completamente mía.

Siempre he sido así, a la mujer que deseo la tengo en mi cama sin afrontar las consecuencias.

A veces me pregunto a mí mismo porque estoy con Mariana.

La respuesta más obvia sería por amor, pero no es eso. Admitiré que en principio si la amaba con locura, pero llevábamos cuatro años de relación y la rutina se ha encargado de arruinar nuestra relación.

Le fui infiel muchas veces y la actitud obsesiva y controladora de ella hacia mí está justificada, pero yo nunca le he mentido. Siempre he sido claro en que de este modo me conoció y nunca cambiaré. Es ella quien se ha obsesionado conmigo desde la adolescencia.

Si estoy con Mariana es por comodidad, ella es una mujer hermosa y me adora, además el sexo no está mal.

Estoy seguro de que será la esposa perfecta para mí y la madre ideal para mis futuros hijos, además mi padre la adora.Él considera a Fernando y Mariana unos segundos hijos.

Mi relación con Fernando es horrible y eso no se debe a mis infidelidades hacia su hermana, es otro el motivo.

Desde pequeños más que primos hemos sido como hermanos y cómplices de travesuras. En la adolescencia competíamos nosotros y Ariel por quien conquistaba a la mayoría de las mujeres.

Por culpa de una mujer se arruinó nuestra amistad, nunca debimos aceptar esa tonta apuesta, fue el final de nuestra amistad.

Eran cosas de adolescentes; sin embargo, Fernando se lo tomo muy en serio y nunca me perdonó.

En este momento estoy en la oficina más estresado de lo normal debido a que mi proyecto no está arrojando los resultados esperados.No comprendo que es lo que está saliendo mal.

Para complicar la situación la floja de Belinda no ha llegado, su horario de trabajo es a las siete y son más de las ocho.

No sé que pueda estar haciendo esa inútil, si nunca se maquilla, ni se arregla y dudo que haya tenido una noche agotada porque nadie la tocaría ni con un palo.

Salí de mis pensamientos cuando Ariel entro a mi oficina. Por los chupones en su cuello puedo adivinar que tuvo acción anoche.

—¡Al fin llegas! — Exclame molesto lanzandole una mirada

—¡Que amargado, señor presidente!— Ríe con cinismo

—Esto es serio ¿Revisaste el balance? —Indago molesto

—No tuve tiempo, la morena no me dejo descansar.— Me hace saber sin un tono de arrepentimiento. Es increíble su cinismo.

Estaba a punto de gritarle todo lo que merece, pero decidí salir del despacho.

Me percato de que Belinda está llegando al lugar. Su apariencia es la de un auténtico zombie, esa mujer se esfuerza todas las mañanas para parecer un auténtico monstruo.

—Siento la demora — Se disculpa con su voz chillona.

Odio todo en ella, su cabello desordenado y ondulado, sus ojos cafés los cuales oculta detrás de esas feas gafas y su voz, es irritante, todo en ella me asespera y no comprendo el motivo.

—No se preocupe señorita Uriarte en esta empresa no hay horarios. ¿Desea un café?.— Reí irónico y luego centré mirada en otra de las secretarias— ¿Cielo por que no le trae café a la señorita?

—Licenciado se dañó el motor del autobús en plena ruta. De hecho freno de golpe y varios pasajeros nos lastimamos. — Alega

Centre mi mirada en la venda en su brazo y el moretón en su labio, pero no me interesa su estado.

—¡No me importan tus problemas, adefesio! — Gruñi, puedo ver que los empleados me miran y murmuran, pero no me interesa, ejercí fuerza en el brazo de Belinda logrando que ella chille y contenga las lágrimas. —¡Arrastrándote, pero vienes a trabajar!.

—¡Diego! —Escuche los gritos del santurrón de mi primo quien se acerca corriendo ¿Acaso se cree súperman? —¡Suéltala!

—¡No tienes porqué gritarme! —Le advierto molesto, me está dejando en ridículo

—¡Suéltala! No lo repetiré. No tienes porqué lastimarla.— Replica molesto

Reí fuerte —Lo que hago con mis empleados es asunto mío, para algo soy el presidente de esta compañía.

—Te recuerdo que soy socio, idiota. Tengo tanta autoridad como tú— Me recrimina

No tuve opción y debí soltar a Belinda.

Nos dirigimos a la sala de juntas para charlar sin ser escuchados por los empleados mientras Belinda se dirigió al baño supongo que a limpiar sus lágrimas.

—¡No vuelvas a desautorizarme frente a los empleados!— Gruñi cuando estuvimos solos

—No soporto tu actitud prepotente. Los empleados también son seres humanos. — Manifiesta alzando el tono de voz

—Ahora eres Fer el hermanito de la caridad.— Reí burlón aumentando su rabia

Odio cuando mi primito queda como el héroe ante los demás. No es más que un santurron y un imbécil.

—¡Deja tus ironías!. —Espeta

—Desde afuera se escuchan sus gritos—Nos recrimina Mariana entrando a la oficina

—Tu hermano se enloqueció porque tuve una pequeña discusión con mi secretaria.— Le hago saber

—Por esa cosa horrible discuten— Nos reclama centrando su mirada en ambos

—No quiero que vuelvas a maltratarla o te las verás conmigo, Diego. —Me advierte Fernando

—No lo haré porque está despedida. — Le informo

—Es la mejor decisión que puedes tomar mi amor. Esa cosa le da una pésima imagen a la empresa. —Me apoya Mariana entrelazando mi mano con la suya. Ella odia a Belinda desde hace años.

—Perfecto tú la despides y yo la contrato. —Manifiesta Fernando

Mariana le lanza una mirada —María es tu secretaria

—Puedo tener dos si me place.— Argumenta en un tono serío

—Eso lo tendrás que hablar con Ariel quién se encarga de las finanzas. — Anuncie

—El sueldo de Belinda correrá por mi cuenta. — Me Informa

—Si quieres cogértela un motel es más barato, cuñado. —Le sugiero

Él se acerca a mí con intenciones de golpearme, pero Mariana se interpone en medio de los dos, no es la primera vez que lo hace.

—¡La próxima vez que te expreses así te rompo la cara! —Me amenaza, nunca lo he visto tan molesto.

—¡Lo mejor es correr a esa empleadita muerta de hambre! — Expresa Mariana

—¡Deja de decir tonterías, Mariana! —Le recrimina su hermano

—Es la verdad esa muerta de hambre solo causa problemas entre mi hermano y mi novio. No tengo porque tolerarla y estoy segura de que nuestros padres pensarán lo mismo. —Gruñe Mariana, su padre y él mío no le niegan absolutamente nada y ella lo sabe.

—Les recuerdo que necesitan una justificación para despedirla y ella no ha cometido ninguna falta. — Nos recuerda Fer

—Está bien que se cumpla el mes que dispuso mi padre. Alguien tiene que ceder y ese seré yo. —Deje un beso en los labios de Mariana, Fer simplemente se alejó azotando la puerta.

Mi padre me aseguró que si en un mes no estaba conforme con Belinda podía despedirla.Le haré la vida imposible hasta que desee renunciar, no tendrá paz en estas semanas.

No comprendo que tiene pero solo me provoca asco y repudio, no la quiero cerca.

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