Capítulo 1960 

Capítulo 1960 

Dijo Octavio con un semblante ya oscuro que se volvió aún más sombrío. 

Dos segundos después, Lorena lentamente reflejo una sonrisa en sus labios. 

“Actúa como siempre lo has hecho, las cosas fluyen por sí solas. Solo fue un pequeño recordatorio, solo escúchalo y ya. ¿Acaso si no te lo recordara, dejarías de cuidar de Mireia? Con la familia Valdivia 

presente, deberías tener poco que hacer en ese sentido.” 

“Además, sé que estás centrado en tus estudios y en la gestión de la empresa.” 

“No deberías sentirte presionado, ya que no te estoy obligando a nada.” 

La actitud de Lorena cambió al instante, su estado de ánimo era inestable y Octavio parecía estar acostumbrado a ello. Tiró de su silla, pasó por el comedor y subió las escaleras. 

La sonrisa en el rostro de Lorena se desvaneció gradualmente y sus labios se pusieron tensos. 

El sirviente a su lado dudó, “Señora, sabe que su hijo siempre se preocupa por su salud. Lo mejor sería que no expresara esas palabras tan negativas…” 

Lorena curvó ligeramente sus ojos y relajó su boca, “Solo puedo contar con esto para mantenerlo bajo control.‘ 

Dicho esto, se dio la vuelta y se marchó. 

Era afortunado que él todavía se preocupara por ella, realmente le importaba, incluso podría ser una línea roja intocable, 

De lo contrario… 

Aparte de ella, ¿quién más podría controlarlo? 

¿Parecía una persona que podía ser manejado por otras? 

El sirviente sacudió la cabeza silenciosamente detrás de ella. 

Al día siguiente, Octavio igual llevó a Lorena al aeropuerto temprano. 

Mireia también estaba allí. 

Recibió una llamada de Lorena la noche anterior, diciéndole que se iría por la mañana. 

Ella llegó temprano a la residencia de la familia Benito, 

En el aeropuerto, Lorena agarró la mano de Mireia y tuvieron una conversación llena de muchas advertencias y bromas durante un buen rato. 

Durante todo el tiempo, Octavio no dijo una palabra. 

Hasta que llegó la hora, Lorena comenzó a hacer cola para pasar por la aduana. 

Al despedirse con la mano, Lorena ajustó el chal que llevaba y miró a Octavio con una sonrisa y dijo: “Cuida bien de Mireia por mí.” 

Su actitud era relajada y natural, como si la tensión entre madre e hijo en el comedor del día anterior no hubiera ocurrido. 

12:24 

Capítulo 1960 

Octavio miró a Lorena sin expresión y murmuró un leve “vale“. 

Lorena parecía satisfecha y no dijo nada más. 

De regreso, Mireia se sentó en el asiento del copiloto, y su mirada cayó en Octavio, quien conducía, varias veces. 

Casi no hablaron en todo el camino, hasta que estaban a punto de llegar a casa, ella finalmente dijo con vacilación, “Ayer, ¿cómo te sentiste? Quiero decir que, ¿es difícil gestionarla empresa?” 

Octavio condujo durante un buen rato y luego habló con una suave voz, “Supongo que cualquiera puede ejercer como jefe.” 

Mireia mordió su labio. 

Sus manos se entrelazaron y su rostro se enrojeció. 

Se notaba que Octavio estaba siendo sarcástico, ya que su pregunta era demasiado tonta. 

“Estoy pensando en estudiar administración de empresas, así podría ayudarte en el futuro.” 

“No es necesario.” La voz de Octavio sonaba como si estuviera envuelta en hielo. 

El silencio se volvió opresivo. 

“Puedes tener un millón de razones para hacer lo que quieras, pero no me uses como una de ellas. Cada persona es dueña de su vida y no tengo la energía para ser responsable de la tuya.” 

Mireia pálideció, “Yo… no…” 

Octavio soltó una leve sonrisa. 

El semáforo se puso en rojo. 

Se giró para mirarla, sus ojos alargados y oscuros parecían contener un brillo emotivo, pero era más bien un hielo mezclado. 

“Sí, no has hecho nada, pero lo que más me molesta aquí, eres tú.” 

Esa frase hizo que el poco color que quedaba en el rostro de Mireia desapareciera al instante. 

Mireia se aferró a su bolso, bajó la cabeza y sus labios temblaron sin poder controlarlo. 

“¿Por qué?” Ella levantó la cabeza intentando mirar a Octavio, pero solo vio su perfil un tanto indiferente, sosteniendo el volante con una mano, el coche salió disparado, como si no hubiera escuchado lo que 

ella decía. 

La cabeza de Mireia estaba zumbando y su corazón lleno de agravios y resentimiento. 

Después de un rato, finalmente habló de nuevo: 

“Desde que regresé a la familia Valdivia, ¿qué he hecho en estos más de dos años para que me detestes 

tanto?” 

A diferencia de Alicia, yo no compito. No me pego a ti como una lapa, tampoco estoy dispuesta a permanecer sin vergüenza alguna a tu lado. Las ocasiones en que nos hemos visto se pueden contar con los dedos de una mano, Y al final, ¿resulta que en tu interior Alicia te cae mejor que yo? ¿Por qué? ¿O es que en realidad te gustan ese tipo de mujeres?” 

En el rostro de Octavio se reflejaba una profunda impaciencia, tan evidente que parecía ser intencional. 

“¿Podrías dejar de mencionarla a cada rato?” 

ต 

12.31 

Capitulo 1960 

“¡Entonces, por qué y con qué derecho me odias?!” 

La normalmente sumisa y cuidadosa Mireia, siempre consciente de su rol como la señorita de la familia Valdivia, parecía haber perdido el control. 

Tras su grito, el interior del coche quedó sumido en un silencio sepulcral. 

El contraste entre el antes y el después era demasiado notorio. 

Luego de darse cuenta de su comportamiento inapropiado, sabía que no podía revertir la situación, así 

qué se mordió el labio y decidió esperar simplemente una respuesta. 

El coche continuó su camino hacia la gran mansión de la familia Valdivia. 

12:24 

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