Capítulo 25 

El silencio se apoderó de la tienda tras su pregunta, tras un breve momento, una risa se escapó. Uriel no pudo evitar reirse, se inclinó hacia delante, bajo la cabeza y se acercó a Sana, observando cómo las orejas de la chica brillaban con una blancura nacarada. Con Intención, se acercó y le susurró: “Pequeña, ¿qué piensas tú?“. 

Esperaba ver a la chica enrojecer de vergüenza y furla, pero para su sorpresa ella parpadeó con sus grandes ojos llenos de confusión, ignorando el aliento en su oido y reflexionando seriamente, habló con la seriedad de una estudiante modelo pidiendo consejo a su profesor: “En el amor, primero se confiesa, luego se toman de la mano, después viene el beso, el abrazo, y al final…“, se detuvo de golpe y lo miró. 

Uriel estaba mudo, sin hablar. 

El rostro de Sana se tenso, y un aire de incredulidad se asomó en sus ojos empañados. En su mente, pensaba que, si Uriel se atrevia a pedirle que durmiera con él, le respondería con un set de boxeo militar, estaban tan cerca que sus respiraciones se entremezclaban, bajo la mirada furiosa de Sana, él desvió la vista, metió las manos en los bolsillos y se enderezó lentamente, con un deje de resignación en su voz: “Tranquila, ve a la escuela

¿Qué tenía que tener en cuenta? Sana murmuró una queja en su mente, pero aun asi agarró su mochila y se fue a clase, decidiendo tomar las cosas paso a paso. Por ese momento, no se sentia tan reacia a la idea de tomar de la mano, ella no vio cómo las orejas de alguien se teñian lentamente de rojo. 

Hugo se escondió en una esquina, tratando de ser lo más invisible posible, habiendo sido testigo del fracaso de su jefe en el coqueteo, pensó que tal vez terminaria silenciado por eso. 

Apenas Sana entró en el aula, notó cómo sus compañeros murmuraban y señalaban, palabras como ‘mantener a un joven bonito llegaban a sus oidos. Ella se giró hacia ellos y los habladores se callaron de inmediato. Alguien susurró: “Mejor no hables más, ¿y si viene alguien de la Sociedad de la Llama qué hacemos?“. 

Era la primera vez que ella encontraba alguna utilidad en esos muchachos de la Sociedad de la Llama, al menos conseguian que hubiera silencio a su alrededor. Después de seis clases, empezó a recoger sus cosas para ir a su clase de matemáticas avanzadas cuando esos muchachos aparecieron de nuevo. Eliseo estaba apoyado en la pared con los brazos cruzados, mientras que el chico Llama número uno se sentó en el lugar que Sheila habla dejado libre y empezó a hablar: “Sana. ¿vas a clase otra vez?“. 

Ante la falta de respuesta de Sana, él mismo se pregunto: “No vas a pedirnos que nos quedemos a estudiar y hagamos bien los deberes, ¿verdad?“. 

Sana: “Si“. 

El chico Llama número uno se quedó atónito: ¿Eh? Cheo, ¿y ahora qué hacemos?“. 

Eliseo también se quedó desconcertado por un momento, ¿hacer deberes? Aunque le repugnaba la idea, al mirar el rostro puro de la chica, rápidamente respondió: “Ahora ella es la jefa, jhagamos lo que dice!“. 

Los chicos empezaron a quejarse en voz baja, levantándose desanimados y dirigiéndose hacia la salida. 

“¡Yo quería ir al cine!” 

“Yo también, queria ir a jugar al baloncesto“. 

Mientras se lamentaban, Eliseo les lanzó una patada: “Mañana revisaré los deberes; los requerimientos de la Jefa deben cumplirse“. 

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Capitulo 25 

“Cheo, ¿y si copiamos los deberes?“. 

“¿Tú que crees?“. 

Llegaron rápido y también se fueron rápido. Al verlos desaparecer por la puerta, el ‘no es necesario‘ de Sana quedo atrapado en su garganta, se quedó parada, perpleja. No le gustaba interferir en cómo los demás eligieran vivir sus vidas, igual que no les habla pedido que se cambiaran el color del cabello, tampoco habia considerado convertirtos en nerds como ella. Entonces, aquel “si” fue en respuesta a la pregunta del chico numero uno, pero se dio cuenta de que, aparte de Eliseo, ni siquiera sabia los nombres de los demás, así que tampoco podia notificarles uno a uno. Finalmente, ella suspiró y salió con sus libros en brazos, era una chica que no se apuraba, que siempre tomaba las cosas con calma. Cuando salió, Bianca le dijo a Jaime que la seguía: “Ella misma lo dijo, su novio es un matón y solo aceptó ser su novio porque le pago. Jaime, esa chica no se respeta a si misma, mejor nos mantenemos lejos de ella“. 

Jaime observó la figura de Sana por un rato antes de retirar la mirada con significado. Cuando Bianca entró a la clase de fisica, el la siguió y se sentó detrás de ella. Pasado un rato, Jaime no pudo contenerse y empezo a hablar: “No seràs que, por mi ruptura del compromiso, te pusiste a buscar a cualquiera. ¿verdad?“. Al ver que la chica no levantaba la cabeza ni respondia, frunció el ceño: “No deberias ser asi, las chicas tienen que tener un poco de dignidad, ese don Juan que mantienes solo está interesado en tu dinero, no dejes que se aproveche de ti“. 

Sana seguía sin hacerle caso, él no pudo resistirse y le tocó el hombro con su boligrafo. De inmediato vio como ella se volteaba lentamente con una cara de confusión y, al encontrarse con su mirada, frunció el ceno: ¿Qué quieres?“. 

Jaime no hablo nada. 

Sana, un poco impaciente, dijo: “No me molestes“, retiró su mirada con indiferencia y volvió a sumergirse en los problemas que estaba resolviendo. 

Jaime: *¿Asi que no escuchó nada de lo que acabo de decir?“. Al darse cuenta de las miradas curiosas de sus compañeros, él sintió que lo invadia la vergüenza y rápidamente bajo la cabeza. 

‘Demasiado orgullosa‘, él se sintió frustrado y, al ver los ejercicios básicos que Sana habia terminado y dejado a un lado, penso con sorna que, de seguro, su puntuación en las competencias de matemáticas avanzadas era mala, ¿por eso Aitor le daba ejercicios básicos? 

Ese fin de semana era la competencia ‘Estrella de Matemáticas‘ y él tenía que superarla, ¡para que ella sepa lo que era tener verdadera habilidad y talento! 

Las dos horas de clase pasaron en un parpadeo. Sana no fue la primera en irse, terminó el último problema y al levantar la cabeza se dio cuenta que la sala estaba vacia, empacó sus libros y fue a la clase a buscar su mochila. Caminando, pensando en el último problema y preguntándose si había usado algun concepto avanzado, entró distraidamente al aula, justo al entrar, casi choca con una chica que salia apresurada, ella levantó la vista y vio que la chica tenia una mirada esquiva y la fulminó con la vista antes de apresurarse a salir. ¿Era Sheila? 

Sana estaba confundida, le parecia que era ella, pero al mismo tiempo no lo parecía. 

Sana regresó a casa con Blanca y durante la cena, Florencio recibió una llamada que lo dejó muy serio. Al volver, le dijo a Josue: “Ya sé por qué Evaristo no aceptó el regalo“. 

Josué preguntó ansioso: “¿Por qué?“. 

Florencio se sento y después de pensar un momento, dijo: “Acabo de recibir noticias internas, ¡va a llegar alguien muy importante a Ébano!“. 

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Nieves, curiosa, preguntó: “¿Alguien importante? ¿Quién?“. 

Florencio negó con la cabeza: “No sé exactamente quién es, pero Evaristo es todo atenciones con él, 

definitivamente no es alguien común y corriente, asi que mejor no hagamos movimientos muy llamativos en la empresa por ahora“. 

“Bien“, respondió Josué y luego preguntó. “Papá, ¿sabes cómo se llama esa persona? No vaya a ser que nos topemos con él y sin querer lo ofendamos”. 

Florencio asintió: “Justo iba a hablar de eso, si alguien escucha ese nombre a futuro, recuerden no ofenderlo“. 

Tras estas palabras, Sana dejó los cubiertos y miró seriamente a su abuelo. 

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