Esta Vez, ¡No Perderé!’
Capítulo 236

Capítulo 236 

Luego vendría el servilismo hacia los poderosos magnates, siempre a disposición para cualquier tarea, incluso para calentarles la cama. 

De todos modos, Beatriz ya no estaba tan necesitada de dinero, asi que pensó en tomárselo con calma, avanzando poco a poco desde un papel secundario hasta el protagónico. 

Javier se inclinó para besarla. Hoy, Beatriz no llevaba tacones, asi que besarla le resultó un poco más trabajoso. Ella se puso de puntillas, y Javier la rodeó con sus brazos, levantandola para igualar su altura. 

El beso dejó a Beatriz jadeante, sus mejillas se tiñeron de un tono rojizo, y sus ojos parecian ligeramente húmedos. Javier, curioso, queria comparar y saber quién le daba una mejor experiencia, si él o Mauricio. Lamentablemente, ella y Mauricio nunca habian estado juntos. 

-Pero eso no era lamentable, si Mauricio hubiera tocado a Beatriz, sabiendo lo vengativo que era Javier, no solo lo habría hecho desaparecer, sino que también habría esparcido las cenizas de sus antepasados. 

Justo en ese momento, Marcos pasó por allí sin mirar, y se encontró con la sorpresiva escena de Javier besando a una mujer. La cara de Marcos se tornó de un verde intenso, como si hubiera visto a un burro 

volando. 

La familia Moseinco estaba atravesando una mala racha, con la empresa quebrada y una deuda enorme que les tomaria diez vidas pagar. El pequeño fondo de emergencia de Camila se había ido en su mayoría a cubrir las deudas de sus hermanos, pero lejos de agradecer, la familia Moseinco la criticaba por no poder mantener el nivel de vida al que estaban acostumbrados. 

Marcos estaba preocupado de que Javier asociara las acciones de Camila contra él con él mismo, manteniéndose alejado para evitar problemas, temiendo ser enviado al hospital en cualquier momento. Con el viejo a punto de morir, si Javier lo mataba, nadie podría reclamar justicia por él. Los dias felices habían quedado atrás, y ahora Marcos no era más que un peón en el juego de Javier, a su merced. Javier, de buen humor por ahora, simplemente ignoró a su infortunado tio cuando lo vio pasar. 

Camila y sus dos hijos estaban en medio de un grave conflicto interno. Marcos y Toni reprochaban a Camila por apoyar demasiado a la familia Moseinco, culpando a Lucrecia por los errores que habian llevado a que Javier se hiciera con el control de la antigua residencia Mangone. Con Javier controlando todo, ni siquiera el abuelo Pablo podria dejarles algo en su testamento sin que Javier se enterara. Además, la relación entre los hermanos Marcos y Toni se había vuelto tensa, cada uno sospechando del otro.. Marcos, no tan astuto como su hermano menor Toni, temía ser el más perjudicado. 

Después de resolver algunos asuntos, Javier recordó lo que Beatriz le había contado sobre su poderoso. maestro. Por capricho, mandó llamar al maestro, quien pensó que Javier había descubierto el engaño sobre el dinero y estaba listo para confesar y devolver los doscientos dólares. 

Sin embargo, Javier le preguntó: “Me han dicho que eres muy bueno prediciendo, ¿cuánto cobras por tus servicios?” 

El maestro, acostumbrado a ajustar sus tarifas según la apariencia del cliente, quería cobrarle una fortuna, pero temiendo a los guardaespaldas de Javier, titubeó antes de responder: “Podría ser algo caro.” 

Javier: “¿Oh?” 

Con todo el valor que pudo reunir, el maestro dijo: “Mil dólares por pregunta.” También se podría hacer un descuento, siempre que el Sr/Mangone iniciara el regateo.

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