Esta Vez, ¡No Perderé!’
Capítulo 226

Capítulo 226 

Hoy Beatriz había invitado a Martin a cenar, lo cual lo hizo sentirse algo relajado. Sin embargo, cuando Clara se enteró de que él iba a cenar con otra chica, insistió en acompañarlo. 

Beatriz y Esther habian esperado en el restaurante unos veinte minutos cuando finalmente llegaron Martin y Clara, quienes se habían retrasado. 

En el libro se describia cómo Martin tenia un profundo cariño unidireccional por Clara, hasta el punto de desafiar a su propia madre por ella, prohibiendo a sus amigos decir algo malo sobre ella. 

Beatriz realmente no esperaba que Martin tuviera una epifanía, solo deseaba.que él pudiera darse cuenta de que algo andaba mal, para que cuando descubriera la verdadera naturaleza de Clara, no se sintiera tan dolido. 

Lo que Beatriz y Esther no anticiparon fue que Martin mostrara signos de impaciencia hacia Clara. 

“Te esperé tanto tiempo abajo“, dijo Martín visiblemente molesto, “habíamos acordado una hora, ¿no podías llegar a tiempo?” 

Clara evitó su mirada, con el corazón lleno de complicaciones. 

Se habla mudado a una casa de Martin para evitar a Victor. 

Tan profundo como había sido su amor por Victor, ahora lo detestaba igualmente. 

Desde que Martin dejó de complacerla en todo, tal vez por el miedo a perderlo y desear que él volviera a ser como antes, Clara se dio cuenta de que realmente habia comenzado a tener sentimientos por Martin. 

Pero recientemente, Victor la habla encontrado de nuevo, amenazándola de diversas maneras, y habla terminado mudándose a la casa que Martin le había dado a Clara. 

Clara temía que Martin descubriera todo esto, y más aún, ayer se había enterado de que estaba embarazada. Martin queria esperar hasta el matrimonio para estar juntos, así que el bebé solo podia ser de 

Victor. 

Planeaba emborrachar a Martin esa noche para hacerle creer que el bebé era suyo, 

Al ver a la radiante Beatriz y Esther desde lejos, Clara sentía emociones encontradas: “Tus amigas son tan adineradas, ¿por qué no puedes pedirles algo de dinero para el tratamiento de mi madre?” 

Martin frunció el ceño: “No menciones esto delante de ellas. ¿Cómo voy a pedir dinero siendo hombre? Además, tu madre solo se fracturo, ¿no es excesivo pedir doscientos mil dólares?” 

Clara se calló. 

Sin embargo, durante la cena, no pudo evitar hacer preguntas incómodas a Beatriz: “Bea, escuché que te casaste, pero ¿no amabas a tu amigo de la infancia?” 

Con desden, Beatriz respondió: “La gente cambia, ¿quién querría estar siempre con un perdedor?” 

Clara palideció ligeramente. 

Momentos después, su teléfono vibró. Era un mensaje de Victor 

Rápidamente, Clara inventó una excusa sobre un dolor de estómago para irse a casa. 

Beatriz miró a Martin: “Tu novia parece no sentirse bien, ¿quieres ir a ver cómo está?” 

Martin respondió: “Ella normalmente no quiere que vaya a su casa. Nos mudaremos juntos después de 

casarnos. 

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Martin, en su ingenuidad, nunca sospechaba de nada malo; tomaba las palabras de Clara como verdad absoluta, y se molestaba si alguien mostraba escepticismo. 

“Entonces, vamos todos juntos. Con nosotras dos allí, seguro que no habrá problema.” 

Esa casa, después de todo, era de Martin, quien podia abrir la puerta con su huella digital. Al entrar, todavia en el vestíbulo, oyeron una voz dentro. 

“¿Piensas dejarme y escapar, traidora? ¿Quieres que le envíe esas fotos tuyas al pobre tonto ese?” 

Seguido de una explicación cansada: “Ya te dije que no voy a huir. Estoy embarazada de tu hijo, no puedo dejar que el bebé te llame ‘papá‘. Tiene que crecer en la familia Moseinco y tener una buena vida.” 

En ese instante, la cara de Martin se tornó pálida de ira.

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