Amor Rebelde Marido ¡Ríndete a Mí! novela completa
Capitulo 12

Capítulo 12 

“De todas formas, ¡ya no quiero estar con un patán como tú!” Elisa colgó el teléfono. 

Mirando la pantalla apagada de su móvil, el rostro de Benjamin se oscureció como si 

fuera a morir. 

Un momento después, su teléfono empezó a sonar sin parar. 

Benjamin lo encendió y vio que eran todos mensajes de gastos. 

Había comprado todo tipo de muebles y los mensajes de gastos seguían incrementado. Benjamin pensó en el contenido del acuerdo de divorcio y su rostro se ensombreció aún más. Se dirigió a Marcos, que estaba a su lado, y le dijo: “Marcos, averigua si ella ha ido hoy a Villa del Horizonte“. 

“¡Si!” Marcos se apresuró a investigar. 

Poco tiempo después, regresó con la información: “Señor, la Señorita efectivamente ha estado en Villa del Horizonte y también contrató a varios asistentes para que limpiaran el lugar“. 

Parecía que realmente planeaba mudarse a Villa del Horizonte. 

Benjamin arrugó el acuerdo de divorcio que tenía en la mano. 

Dos años atrás, la compañía de Victor enfrentó una crisis y toda la propiedad fue 

vendida, incluida la mansión de la familia Ibarra en Villa del Horizonte. 

Después, ella le rogó que comprara esa mansión, y ahora se había convertido en su ruta de escape del divorcio. 

Benjamín resopló y dijo: “Llama al banco y cancela su tarjeta“. 

En el centro comercial. 

Elisa y Anastasia habían terminado de comprar los muebles. 

Anastasia dijo: “Eli, compremos un poco más, lo que veamos y nos guste, lo adquirimos. He oído que Benjamín compró una mansión para esa otra por más de diez millones. Si esa puede gastar tanto, ¿por qué tú no? Aún eres su esposa legitima, aprovéchate antes de divorciarte y haz que ese patán sufra un poco“. 

Elisa pensó que tenía sentido. 

No iba a volver ni siquiera por su ropa y decidida a comprar todo nuevo, esa tarde eligió decenas de conjuntos, junto con bolsos y zapatos. 

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Capitulo 12 

“Disculpe, Sra. Fierro, el total es de treinta y dos mil seiscientos dólares“, dijo la empleada con una sonrisa. 

Elisa sacó su tarjeta negra. 

Pero no pudo sacar dinero. 

La cajera dijo: “Sra. Fierro, parece que esta tarjeta ha sido cancelada y no se puede sacar dinero con ella“. 

“Eso es imposible“, dijo Elisa sorprendida. Esta era la tarjeta adicional de Benjamin y nunca había tenido problemas. 

Anastasia sugirió: “Eli, Benjamín esté detrás de esto?” 

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Elisa pensó que era posible. Había comprado muchos muebles y ya había gastado más de un millón, Benjamín seguramente se había enterado de ello. 

Llamó al banco para preguntar. 

El banco respondió: “Buenas tardes, Sra. Fierro, su tarjeta fue cancelada por el Sr. Fierro. Necesitamos su confirmación personal para desbloquearla“. 

El corazón de Elisa se derrumbó. 

¡Definitivamente se trataba de ese desgraciado el que estaba detrás de esto! 

Anastasia, indignada, dijo: “¿No es demasiado lo que está haciendo Benjamin? Tan generoso con la otra y tan tacaño contigo“. 

Elisa respondió: “Siempre me ha despreciado“. 

“¿Y ahora qué hacemos?” 

“Dejemos la ropa, volvamos a Villa del Horizonte. Llamaré a Ana para que me ayude a empacar y enviar mis cosas“. 

“Está bien, de todas formas ya compraste los muebles, itu nueva vida está a punto de comenzar!” Anastasia se alegró por ella. 

Al escuchar sus palabras, Elisa también comenzó a fantasear sobre la vida que tendría después del divorcio. 

De ahora en adelante viviría en Villa del Horizonte, disfrutando cada día con sus amigas, sin necesidad de ver a Benjamin nunca más. 

Anastasia la llevó en su coche de vuelta a Villa del Horizonte. 

Ya había anochecido cuando llegaron. 

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Capítulo 12 

Elisa bajó del coche. “Anastasia, gracias por acompañarme hoy, puedes irte“. 

“No fue gran cosa“. Anastasia tenía una cita con su novio esa noche y se marchó en su coche. 

Elisa camino hacia la mansión. 

Justo cuando se acercaba, vio un Cullinan estacionado en el patio. Benjamin estaba sentado dentro del coche, su figura imponente parecía fusionarse con la oscuridad del 

la noche. 

Al escuchar los pasos, levantó la cabeza y fijó profunda y cautelosa que irradiaba

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